Otro Gringo
El otro día pasé a la tienda a la que ahora asisto para mis necesidades homo placenteras, esperé paciente hasta que llegó uno de esos gringos que saben a lo que van.
Me saludo como si nada, pero su sonrisa de complicidad me dijo todo lo que yo necesitaba saber para actuar.
Lo seguí hasta una de las cabinas al final del pasillo, él se sentó, se abrió la bragueta, sacó su flácido miembro y se lo empezó a jalonear.
Yo me acerqué, tomé su miembro con mi mano y me inlciné para metérmelo en la boca, lo engullí y me lo llevé hasta las anginas haciendo que el hombre se retorciera de placer, en eso sentí su mano bajar por mi espalda hasta mi trasero haciéndome estremencer, esa caricia sincronizada con la sensación de su miembro endureciendose dentro de mi boca fue muy excitante.
-Do you have a condom?- me dijo, y yo saqué uno de mi bolsillo, lo abrí y se lo calcé dejándolo listo para lo que, sin palabras, él y yo habíamos planeado.
Bajándome los pantalones me fui hasta la cabina del rincón donde me puse en cuatro dándole acceso a la abertura de mi ano, él llegó y sin miramiento alguno me penetró, despacio al principio pero ganando brío con cada embestida, después de unos minutos lo sentí terminar dentro de mi, aún envuelto en el caucho del condón logré sentir como eyaculaba una, dos, tres veces.... una delicia que los que somos como yo sabemos disfrutar.