Blogia
Selvio

El Cowboy

Estuve de paso en la tienda “donde pasan cosas”, me acerqué a una cabina donde un gringo alto con pinta de cowboy se manoseaba la bragueta como invitando a la felación, por supuesto que me ofrecí para esa tarea pero el hombre me rechazó, me pareció que era de esos que sólo van a ver porno y masturbarse.

Volví a mi cabina y de pronto lo vi pasar siguiendo a un vietnamita hasta la cabina del fondo, pensé que el tamaño y delgadez del chinito le había atraído más que yo, pero en pocos segundos lo vi regresar, al parecer no hubo acuerdo entre ellos, mi instinto de ramera despertó y de inmediato me bajé los calzones para mostrar mi trasero hacia la entrada de mi cabina y a la vista del pasillo…

El cowboy me miró y entró en mi cabina plantándose detrás de mi, yo en cuatro, con las nalgas al aire, el hombre comenzó a manosear mi carne con una mano y con la otra a estimular su miembro viril, el cual fue creciendo hasta convertirse en una hermosa y firme macana con la cual me dio un par de reatazos.

Di la vuelta para metérmelo en la boca y colocarle un condón, el hombre entonces hizo esos movimientos que sin decir palabra le dicen a un pasivo que ponga el culo porque llegó el momento se ser penetrado.

Volví a ponerme en cuatro y lo sentí deslizar su firme bicho entre mis nalgas llenándome de ese deseado placer.

0 comentarios