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Selvio

De Vuelta Con Salvatore

Ayer me llamó Salvatore, me dijo que me quería coger, eso me excita mucho, me pidió que pasara a su casa, de inmediato dejé lo que estaba haciendo y me fuí a dárselas.

En menos de veinte minutos ya estaba frente a su puerta, llegué hasta su recámara donde me esperaba con el miembro en la mano, acariciándolo como queríendo calmar su brío, en unos segundos me desvestí y me acomodé abierto de piernas frente a él y en la esquina de la cama.

Un salivazo en mi mano y una pasada sobre mi abertura anal sirvió de lubricante, Salvatore empujó de un golpe su firme erección y me arrancó un gemido de dolor al que poco le faltó para salir adornado con una mentada de madre por la manera en que me lastimó...

Poco a poco se ganó mi perdón cuando me lo sacó y esperó unos segundos a que mi anillito se recuperara del impacto de la arremetida de su fierro destripador...

Entonces volvió a penetrarme, esta vez con calma, entrando poco a poco, dejándome gozar de cada una de las pulgadas de su tibia carne, una vez que estuvo todo dentro comenzó el meneo del coito, una verdadera delicia.

- Métemela toda, mmm, mmm, así, así...

- Que rico culo...

Esas y otras frasesitas de morboso calibre, no quise perder la oportunidad de poner mi mejilla sobre el piso y parar mi trasero para darle total acceso a mi abertura anal, él entendió mis intenciones y me dió un par de almohadas, una para mis rodillas y la otra para mi cara, una vez en posición me metió toda su verga, desde la punta hasta los huevos, los sentí redondos, calientes y con ese áspero vello que apenas regresa después de unas horas de haber sido afeitado...

Por largos y deliciosos minutos gozamos, intercambiamos frases de culeo hasta que me dijo que estaba a punto de terminar, le dije que mi culito era suyo, que hiciera lo que con él quisiera y entonces lo sentí venirse...

Hoy, al día siguiente, estoy feliz pero me duele todo el cuerpo, solo me rompió el culo pero me duelo todo. 

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