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Selvio

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UNA PREGUNTA [SóLO ADULTOS]:

<HR>UNA PREGUNTA [SóLO ADULTOS]:

Mis rodillas y manos sobre la cama, completamente desnudo y vulnerable, con las piernas separadas y el trasero hacia arriba, el hombre detrás de mí, las palmas de sus manos sobre mis glúteos y cintura, atrayéndome y alejándome de velludo vientre...

Una de sus manos sobre mi espalda me invitó a empinarme aún más,a posar mi mejilla derecha sobre la sábana, de este modo mis nalgas se separaron más y su miembro llegó más adentro de mi cuerpo...

¡Ahh! mis labios se abrieron y dejaron escapar un gemido feminoide que nos excitó aún más a los dos...

Su larguísimo miembro tomaba extensivos segundos en entrar y salir de mi conducto anal produciendo descargas eléctricas de placer que recorrían mi columna y llegaban a la base de mi cerebro enturbiando mi mente...

A mi lado izquierdo estaba tirada la tanga negra que yo traía puesta y que en lugar de defender mi intimidad lo que hizo fue excitar aun más a ese macho e incitarlo a poseer me... del lado derecho, la envoltura blanca de un condón acompañada de un tubito apachurrado de KY, mi lubricante favorito...

Una de sus manos se extendió a acariciar mi nuca y pasó por una de mis mejillas acercándose a mi boca, yo saqué la lengua y atraje sus dedos al interior de mi cavidad bucal donde se los chupé mientras él seguía follándome con su erecta y morena pinga...
 
Con que gusto me hizo suyo, con cuanta fuerza me penetró, que delicioso sentir sus fuertes brazos estrecharme para no dejarme escapar, la humedad del lubricante hacía que sintiera el aire del ambiente acariciar con su frescura el surco de mi entrada y acentuaba la manera en que me rozaban sus testículos y su vellos al entrar y salir acompasadamente de mi cuerpo...

Al final su leche quedó atrapada en el preservativo y la mía se perdió en la blancura de la sábana...

[Aquí viene la pregunta: ¿con cual de los dos te identificaste más? ¿Conmigo, Selvio o con el macho que me montaba?]

[¡La libertad sexual está ligada al condón, utilízalos siempre y no juegues a la ruleta rusa!]


UN E-MAIL [SóLO ADULTOS]:

<HR>UN E-MAIL [SóLO ADULTOS]:

Me llegó el e-mail diciendo en Inglés que quería probar mi trasero, traía un teléfono para que llamara y nos pusieramos de acuerdo, llamé y recibí sus instrucciones, llegué a su casa en diez minutos...

-Pasa, tus fotos estan bien buenas- me dijo

Era un Americano grande y era predecible que tendría un miembro proporcional en tamaño. Al verlo, adiviné que me esperaba un acostón muy placentero.

Nos abrazamos y me besó las mejillas y el cuello mientras sus manos ásperas y nerviosas se ocupaban del resto de mi cuerpo; me acarició el pecho, las tetas, las caderas y las nalgas...

-Que piel tan suave tienes- me dijo

Sus grandes dedos apretaban mi cuerpo y me enloquecían con sus caricias de hombre fuerte.

Se desabrochó el pantalón y se lo bajó hasta las rodillas, le sonreí, me puse en cuclillas frente a él y comencé a acariciarle el miembro, despacio primero y poco a poco con más energía.

Se recostó sobre la cama, entregándome su mastil para que lo gozara y lo hiciera crecer como yo quisiera.

Lo primero que hice fue darle una gran lamida, puse su miembro en posición vertical y lo acaricié de desde arriba hasta abajo.

Acomodé mi oreja derecha sobre su testículo izquierdo y seguí lamiéndole el tronco, mientras mi mano le acariciaba la glande.

Puse mi barbilla encima de la bolsa de sus bolas y mi lengua continuó lamiéndolo, de arriba a abajo, paseándo por sus ingles...

Subí verticalmente a su glande y ahí me lo tragué hasta que quedó con la mitad dentro de mi boca.

Le acaricié con los labios, recoriendo toda su longitud, le acaricié los testículos con la mano y luego con la lengua, me los metí alternadamente en la boca, succionándolos y llenándolos de saliva.

Me pidió que me desvistiera, quería ver mi trasero que sólo conocía por la foto en la internet. Me pusé de pie y me desvestí mientras él se la meneaba para no perder su erección.

Me subí a la cama, me acomodé sobre el colchón y él me colocó una almohada en el vientre para levantarme el trasero.

Acarició mis nalgas y me puso gel en la rajita, buscando especialmente lubricar la abertura a la que guió su pene despues de enfundarlo en un condón rojo y con suavidad me lo clavó.

Metió el glande, poco a poco...

- ¡Aah! - fue abriéndose camino a embestidas cada vez más duras...

- ¡Aah, aah, aah! Así… sigue… sigue… ¡dámela! así, ¡mmm! -

le decía gimiendo y gozando como una puta.

Me la metió casi hasta el fondo. El Americano embestía y se ayudaba cogiéndome por las caderas. Me daba duro y a mí me gustaba cada vez más.

- ¡Aah! mmm… ¿Te gusta putita?-

- ¡Sííí! dame... dame mas... no le pares, no te detengas -

- ¡Tómala toda… cómete toda mi verga aah!- Su pinga entraba y salía con firmeza.

Hizo que mi cuerpo se pegara a la cama y me la dió bien duro por el culo.

Me enculó aplastándome sobre el colchón, boca abajo, luego me levantó un poco y se me montó para seguir culeándome, sentí sus testículos golpeándome la nalga izquierda.

-Quiero tirarte la leche en la cara- gimió

-Sí… dámela en la cara por favor- le rogué

La sacó de mi culo y me pusé de rodillas frente a mi semental, se quitó el condón y se la meneó fuerte tratando de arrancarse el semen a jalones...

- ¡Ya me vengo! -

- ¡Vente cabrón! dame tus mecos ya papasito…-

Su leche blanca saltó en dos largos chorros de semen que me dieron en la frente y en ojos, luego fue ordeñándose más hasta vaciarse los testículos y la verga, yo abrí la boca y recibí parte de ese delicioso néctar en mi lengua, luego se la chupé para sacarle hasta la última gota de su crema.

[¡La libertad sexual está ligada al condón, utilízalos siempre y no juegues a la ruleta rusa!]


UN RECUERDO MAS DEL CUBANO [SóLO ADULTOS]:

<HR>UN RECUERDO MAS DEL CUBANO [SóLO ADULTOS]:

Era como si el Cubano y yo tuvieramos un contrato que cumplir, no veíamos dos veces por semana, su pinga debía ser atendida por mi trasero y una de cada dos sesiones me alimentaría con un chorro de su semen...

Durante un tiempo el Cubano trabajo haciendo arreglos en un hotel y juntos recorrimos cada cuarto del mismo practicando diferentes posiciones, nunca existió inhibición alguna entre nosotros, nos bañábamos juntos enjabonándonos uno el cuerpo del otro; Yo le lavaba cuidadosamente el falo y luego se lo chupaba bajo la regadera, él me enjabonaba las nalgas y el chiquito, luego enfundado en un condón practicábamos el coito anal bajo la ducha, una experiencia fabulosa cada vez...

Aquella tarde hacía mucho calor, él paso a recogerme en el parque y camino al hotel me acomodé para mamársela en el auto, mmm... yo le succionaba el pene, apretaba esa firme carnosidad con mi paladar y lengua mientras el vehículo estaba en movimiento pero cuando estaba detenido succionaba con más fuerza logrando, en esos momentos, extraer y tragarme un poco de semen transparente, del que funge como lubricante antes de la penetración...

-Espérate maricón, me vas a vaciar los huevos-

-No, aguanta, ya te dejo, para que sea mi hoyito el que se saque la leche-

Al llegar al hotel, me bajé los pantalones de correr que esa tarde usaba sin ropa interior, el Cubano se me acercó por atrás, entonces separé las piernas hasta donde mi pantalón en los tobillos me lo permitió, el Cubano ya sólo traía puesta la camisa sin abotonar y la trusa mostrándome su venoso pene erecto, yo le jalé la tela de la trusa para bajársela. El hombre tomó su glande y lo acomodó entre mis glúteos, despues de unos segundos me pidió que le pusiera un condón y sus dedos humedecieron mi orificio anal con un poco de lubricante KY...

Me fue metiendo el miembro con esa magistral calma que siempre me enloqueció...

-Que rico me lo aprietas- dijo el Cubano al sentir como su glande apenas lograba introducirse en mi culito estrecho, sus manos se colocaron en mi cintura y apoyado en sus pies inicio sus embestidas para conseguir
introducir su pene...

Yo relajaba los músculos anales para dejarlo entrar hasta sentir la tela de la trusa en mis glúteos...

- Uff no podía esperar mas para tener tu bizcochito-

- Es todo tuyo papacito, tómalo y gózalo como yo gozo de tu pinga- le respondí mientras me reclinaba sobre el sillón y él me penetraba al mismo tiempo que me agarraba las tetas, estábamos excitadísimos,  yo mantenía los ojos cerrados y gemia bajito, con un poco de temor a que alguien pasara por afuera y nos escuchara...

-No te asustes, no viene nadie, pero si quieres, la próxima vez invito a un amigo para que entre los dos te demos- sólo al recordarlo me excito más y más...

El cubano terminó corriéndose como un loco dentro de mí, mientras yo terminaba de derramar mi leche sobre el piso sin dejar de pensar en la posibilidad de estar follando con dos hombres tan calientes como ese Cubano...

[¡La libertad sexual está ligada al condón, utilízalos siempre y no juegues a la ruleta rusa!]


REYNALDO [SóLO ADULTOS]:

<HR>REYNALDO [SóLO ADULTOS]:

Reynaldo era gerente de una pequeña tienda de ropa, ya habíamos cogido una vez y me había dicho que quería hacérmelo otra vez y verme vestido de mujer.

Era una mañana fría y me hizo sonar el beeper para pedirme que nos viéramos por la tarde en el mismo hotel del otro día, él correría con los gastos y tendría una sorpresa para mí.

Sacó de su maleta lo que parecía ser un uniforme de colegiala, una falda tableada y de cuadros que era más corta de lo normal, una blusa blanca muy ajustada, unos zapatos negros con tacón alto, unas calcetas blancas y una tanga blanca y diminuta.

Me pellizcó una nalga

-Se me para sólo con verte caminar- me dijo mirándome fijamente

-Ponte la ropa- me ordenó y eso me excitó al instante

Me puse el uniforme y me acomodé la verga en la ajustada tanga, me sentía muy bien, la falda dejaba ver mis nalgas, los tacones altos hacían que mi trasero se levantara y mi imagen reflejada en el espejo me excitaba al máximo.

Reynaldo se me acercó y me abrazó, comenzó por besarme el cuello y me quitó la blusa, se sentó en la cama, se quitó el pantalón y me pidió que se la mamara, él era un poco gordito pero tenía una verga larga, gruesa y dura...

Se la empecé a chupar despacio y me la metí hasta el fondo de la garganta saboreándola con gran placer, él me metía la mano por abajo de la falda y acariciaba mis nalgas con cariño, de verdad me trataba como si fuera su novia.

Me levantó y me hizo recargarme sobre el tocador, me levantó un poco la falda y por el espejo pude ver su rostro de felicidad al verme el trasero disfrazado de chamaca ingenua, me hizo la tanga a un lado y empezó a frotar su verga por mi rayita…

-¿Nadie te ha cogido desde la otra vez?- me preguntó y yo le dije que no

Sacó un condón y un tubo de KY de su maleta, se acomodó el preservativo y se untó un poco de gel en la verga y a mí me untó el lubricante mientras me acariciaba y me dijo…

-¿Estas lista Juanita?-

No sé por que uso ese nombre pero cuando me llamó así me excité aún más y casi al mismo tiempo sentí que me había penetrado, lo hizo muy rápido y sentí mucho dolor…

- ¡Sácamela! ¡ay ay! ¡sácamela tantito papi! me duele, me duele, me duele mucho-

Supliqué, me la sacó y poco a poco me la volvió a meter pero esta vez lo hizo lentamente y con cuidado.

Empezó a culearme despacito…

-¿La sientes rica Juanita?-

-Sí mi amor-

-¿ya no te duele?-

-un poquito, nada más-

Su verga era mas bien un tronco, larga, dura y áspera

-Relájate y mueve tu culito Juanita-

Yo lo empecé a menear de un lado a otro en círculos, me estaba haciendo gozar como nunca y me dijo:

-Me voy quedar quieto, tú muévete solita, goza de tu garrote como más te guste-

Eso me llenó de lujuria y empecé a deslizarme de atrás hacia adelante con un ritmo cachondo, me excitaba hacerlo y más todavía el verme vestido de mujer.

Despues de gozar unos minutos me la sacó y me hizó ir a la cama, me arrancó la falda y la tanga dejándome completamente desnudo...

-Me encanta sentir tu piel desnuda, tienes las nalgas bien redondas, pienso mucho en tí y quiero cogerte todos los días-

Me puse en posición fetál ofreciéndole mi culo franco, me tomó por la cintura y me metió su salchichón brillante y resbaloso que esta vez se deslizó deliciosamente hasta el fondo de mi cuerpo...

Empezó a moverse tan rápido que me sacudía violentamente junto con la cama entera, hasta que sentí que su miembro eyaculaba y yo hubiera querido sentir ese líquido quemante dentro de mí...

Poco a poco le sentí salir de mi cuerpo como una serpiente cariñosa que me acariciaba mientras se iba a descansar después de gozar del calor y la humedad de mi interior.

-Gracias Juanita, estás bien buena y tienes un culito delicioso- me dijo

Muchas veces nos volvimos a encontrar, hasta que la compañía para la que trabajaba lo mandó a abrir una tienda nueva en Nevada y desde entonces no nos hemos vuelto a ver.

Reynaldo se llevó el uniforme y tal vez ahora sea otra Juanita la que lo usa y lo goza.

[¡La libertad sexual está ligada al condón, utilízalos siempre y no
juegues a la ruleta rusa!]


VUELVE A HACERME TUYO [SóLO ADULTOS]:

<HR>VUELVE A HACERME TUYO [SóLO ADULTOS]:

No puedo negar mis sentimientos, no puedo negar mi ardiente naturaleza. Recordarte es volver a sentir esa larga y ardiente tentación.

Sentir tu durísimo miembro y firmes testículos recorrer la piel de mi espalda, mi cuello, mis glúteos, el interior de mis muslos y finalmente la entrada de mi abertura anal.

Hoy te siento navegando por mi piel. Y quisiera pedirte casi a gritos que derrames en mí tu miel.

Hace mucho que no sé de tí, pero te sigo buscando, quiero saber si quieres volver a gozar junto a mí.

Quiero volver a recorrer con mi lengua cada poro de tu vientre y cada centímetro de tu delicioso y largo miembro en estado de erección.

Quiero volver a excitarlo al máximo, a verlo tornarse oscuro y firme, con esas venas palpitantes que revelan el ritmo con que tu corazón me desea.

Quiero volver a ser tuyo...

Quiero volver a sentir tu mano apretando fuertemente una de mis nalgas, separándola de la otra y dejando al descubierto mi ardiente agujerito, que ya no sería mío sino todo tuyo.

Quiero volver a sentir tu dedo lubricado entrar lentamente y así preparame para la verdadera penetración, luego sentirte cariñoso, posar la punta de tu verga caliente y dura en mi entrada semi-abierta, poco a poco recibirte y con ello recibir tu calor...

Quiero volver a pedirte que me lo hagas despacio...

- Despacio para que no me duela... no me la metas toda todavía... sácamela tantito y vuélvemela a meter... -

- Despacio otra vez y ahora un poco más adentro... ¡aahh! bien rico papacito... ahora sí... ¡métemela toda! -

Y al hacerlo déjame sentir el roce de tu vellos entre mis nalgas.

Siempre me asomaba al espejo que tenías a propósito y podía verme, en cuatro, con las piernas abiertas y contigo encima, tu larguísima carne entrando y saliendo alegre de mi cuerpo y un par de alegres sonrisas en nuestros rostros.

¡Como gozamos! el uno del otro, tantas veces...

En cada suspiro que emitías, me decías que cada vez me amabas más y más, que yo era tu mujer, que mi cuerpo te tenía loco, que pensabas en mí todo el día, que eras mi marido y que me ibas a coger toda la vida...

Hoy quiero pedirte a gritos que me hagas el amor, sueño con que siempre seas tú quien me ame, quiero volver a sentir el violento estremecimiento de tu piel que hoy me hace tanta falta...

...en esta mañana fría en la que tengo mucha sed de tí...


ERA GRANDíSIMO [SóLO ADULTOS]:

<HR>ERA GRANDíSIMO [SóLO ADULTOS]:

La verdad es que no tenía idea de lo doloroso que podía ser cuando el enchufe es mucho más grande que el contacto.

Y bueno, también con mi poca experiencia en esos tiempos me era imposible calibrar el tamaño del animal.

Era un moreno con aspecto de costeño, yo andaba con ganitas de fiesta, pero tenía poco tiempo...

Si hubiera sabido cuanto me iba a doler, nunca hubiera aceptado su invitación...

-¡Vamos!- me dijo

-Yo pago el cuarto y lo hacemos sólo hasta que tú quieras-

Un poco emocionado le expliqué mi dilema de tiempo y le prometí ir con él al día siguiente, acordamos vernos en la florería de la esquina...

Al otro día me encontré con él, yo estaba un poco nervioso, total que caminamos tres calles hasta el hotel...

-Vamos a ver amiguito ¿te gusta la verga? a ver qué te parece la mía-

me dijo mientras sacaba de entre su ropa una serpiente gigantesca, morena y, por el momento, flexible.

La verdad es que yo estaba bien caliente pero en ese momento sentí un poco de miedo al ver el tamaño de esa tranca que parecía estar hecha de chocolate macizo.

Me aguanté mis miedos como todo un hombre (no te rías), me olvidé de la pena que me dió que me vieran entrar con otro hombre al hotel y dejé que él tomara la iniciativa en ese encuentro...

Nos desnudamos y nos metimos a la cama, hacía un poco de frío, así que nos cubrimos con las sábanas y entonces me empezó a gustar, cada uno de sus manoseos era una descarga de placer electrizante.

Las piernas me temblaban de emoción cuando sentí las ásperas llemas de sus dedos recorrer mis muslos y mis nalgas, era un bruto pero con mis ganas de tener un hombre adentro, me aguanté y traté de gozar todo lo posible.

El placer se esfumó cuando el moreno trató de metérmela de la manera más desconsiderada, quería enchufarme a fuerza de empujones salvajes, pero ni mi culo estaba listo ni el tamaño de su miembro ayudaba...

Era imposible forzar algo que no entraba y menos de manera tan violenta, yo gritaba y sudaba, él se empezó a enojar, me decía que me aguantara un poco, que ya casi entraba...

Era la primera vez que me encontraba con un miembro tan descomunal y, aunque tal vez hoy no tendría problema para gozarlo, en aquellos tiempos no podía aguantar tanto dolor, me monté encima de él y puse toda mi voluntad tratando de recibirlo por atrás pero la verdad es que era imposible, apenas pudo meterme la punta de la cabeza así que en contra de su voluntad y de la mía, me separé de él, me vestí y salí casi corriendo...

Ese día me sentí como una escuincla pendeja que debió haber esperado al hombre adecuado.


A PRINCIPIOS DE MARZO [SóLO ADULTOS]:

Selvio volvió al sauna club despues de casi un año de ausencia, como siempre, recorrió los pasillos y escaleras en busca de un macho valiente y cogelón que le bajara los calzones y la fiebre poco a poco...

Lo seguí silenciosamente cuando se metió al cuarto oscuro, pero lo mejor llegó cuando se metió a uno de los privados con gloryhole...

-¡Orale! así vas muy bien, tu boca ya sabe como chuparme la verga- dijo una voz ronca y varoníl, bajo la puerta del privado se podían ver cuatro pies y por la posición de los mismos se podía adivinar que uno estaba sentado y el otro parado de frente, Selvio había conseguido un miembro para mamar...

-Se me hace que ya estas listo para aprender como mamármela con el culo- continuó aquella voz

-Tengo tanta leche que te vas a ahogar; te la voy a dar por el culo y así aprenderás como moverlo mientras te meto la verga-

La varonil voz parecía tener un gran poder de convencimiento por que Selvio no ofrecía ninguna resistencia a lo que decía aquel, por debajo se vio como los pies se movían y se podía imaginar
la posición que tomaba ese par: Selvio apoyado sobre la pared con las piernas separadas y el otro con sus manos en la cintura de Selvio y con la  piernas juntas...

Los gemidos fueron apenas audibles a pesar del incremento en la intensidad de las embestidas entonces se deuvieron y el macho propuso:
-Vamos a mi cuarto que quiero seguir culeandote-

Selvio recogió su toalla y siguió al macho hasta su cuarto en el piso de abajo, cerraron la puerta y se tiraron sobre el colchón a seguir el coito anal que habían comenzado unos minutos atrás, esta vez la verga del macho se incrustó en el ano de Selvio con mayor facilidad y una vez que estuvo toda adentro comenzaron el mete-y-saca
a ritmo de la música ambiental del sauna club...

Los ruidos que se escuchaban en el exterior del cuarto eran de tanto placer que se juntaron algunos curiosos a ver quien salía al final...

El desconocido ya había eyaculado y Selvio, como siempre, se aguanto para continuar con su cacería de machos... por ahora sólo le quedaba saborear la sensación de el semen que se impactó en su espalda y en sus glúteos...

El desconocido jadeaba apoyando su rasposa barbilla en el hombro derecho de Selvio quien se mantuvo callado esperando ser liberado del peso de aquel macho, la humedad de aquel semen ardía en su piel...

Selvio se volteó quedando al lado del desconocido y boca arriba, se dieron las gracias mutuamente, se levantaron y se separaron, ya no hubo mas conversación entre ellos aunque en sus mentes
repasaban la experiencia sexual que acababan de compartir...


OCURRIO EL MES PASADO:

las manos de un macho recorriendo mi cuerpo

El mes pasado parecía que los machos de la video tienda habían recibido una gran oleada de ánimo por la penetración, como podrán ver en mis estadísticas de Julio, tuve varios coitos y muy pocos de ellos fueron con Otello, la gran mayoría fueron felizmente en los rincones de la video tienda...

Uno de los más ricos fue con un desconocido que al llegar a la tienda me miró, me le acerqué diligentemente, me incliné a besarle el miembro y lo encontré tan pero tan rico que me lo comí casi entero, poco a poco se fue haciendo más y más grande ¡ay! ya no me cupo en la boca, mientras tanto sus manos recorrían ansiosas mi cuerpo...

Que cosa más rica es sentir la boca llena de esa carne y la aspereza de las manos de un macho recorriendo mi cintura, mis tetas, mis nalgas, mis ingles, todo mi cuerpo... que rico que en el momento en que me retiro un poco, sus ansias lo obligan a jalarme hacia él, que rico sentirse atrapado e incapaz de zafarse de ese contacto erótico...

Me tomó e hizo que me levantara la camisa para verme las nalgas. Me apoyó con brusquedad en la pared y metió su mano dentro de mi pantalón, luego introdujo uno de sus dedos en mi ranurita anal. Mi excitación no podía ser mayor, separé una de mis piernas al máximo, Él empezó a meter y sacar su dedo de mi ano con mucha facilidad y su otra mano paso de acariaciarse el miembro a tomarme de un hombro...

Mi respiración se aceleró, traté de contenerme para que mis gemidos de placer no llamaran la atención del dependiente de la tienda y éste viniese a ver qué pasaba... el placer era demasiado...

Puso la punta de su verga a la entrada de mi culo y, sin penetrarme, lo hacía resbalar acariciando cada una de mis terminales nerviosas... sus manos hacían que mis caderas se moviesen acompasadamente para gozar de ese dureza... me la fue metiendo poco a poco, el placer aumentaba hasta que noté que no podía más; le pedí que me la metiera mas rápido mientras una de sus manos acariciaba mi miembro y me arrancaba la leche... que delicioso abrazo y que deliciosa sensación de estar enchufado por el culo por ese largo y duro conector...

En cuestión de segundos llegué al climax y cuando él notó que mi leche escurría entre sus dedos, siguió moviendo su pelvis hasta terminar dentro de mi hoyito...

Al acabar nos abrazamos... le dí mi teléfono esperando que me llame pronto para volver a hacerlo con él...


CON EL ARABE:

<HR>CON EL ARABE:

Hace unos años, perdí mi automovil por unos meses, así que tenía que caminar a través de algunas calles para tomar el autobús, uno de esos días se detuvo junto a mí un hombre con turbante en la cabeza que manejaba un mini-van de color beige...

Yo no iba pidiendo aventón pero él se detuvo y se ofreció a llevarme, la verdad es que no sé ni porqué pero acepté...

Casi de manera brusca y sin previo aviso pasó su mano por mi entrepierna y comenzamos la charla sexual, me llevó a un hotel de paso y una vez en el cuarto me hizo suyo en varias posiciones, casi no me dejó mamársela, él lo que quería era coger y a coger llegó...

Desde ese día nos enpezamos a mirar cada semana, él siempre pagó el hotel y la posición de mi dibujo era su posición favorita, su verga incrustada en mi abertura anal y mis piernas sobre sus hombros...

Muchos años después me lo encontré en el sauna club, ahora en lugar de turbante usa una gorra de beisbol y siempre que nos vemos me hace suyo, me lame todo el cuerpo y me llena de gusto...


UN ESCLAVO:

Un encuentro silencioso en mi habitación, silencioso por es un encuentro astral, he viajado hasta al otro lado del anchuroso ponto a encontrarme con un esclavo llamado Enric...

Es un hombre casado y sabe como complacerme... con ese ardiente hierro que tiene entre las piernas llega a lugares donde Ludmila, mi novia, nunca podra llegar, Enric me toma y me da por detrás con enérgico brío...

Es mucha mi ansiedad por ser suyo... cosa singular, ser tomado por un esclavo... este sería diferente para él, acostumbrado a encuentros ocultos, en lo oscuro, muy similares a los míos, pero silenciosos, conmigo será diferente...

Me gusta hablar y manifestar mi gozo con sonidos, sé que eso excita al macho que trabaja en darme placer... a algunos se les pone la poya a punto de eyacular en cuanto escuchan llamarles papaito...

-Ven aca papito, métemela por la boca y al mismo tiempo dame un par de palmadas en las nalgas- eso me enloquece pídeme lo que quieras, usa el lenguaje que gustes "Chúpame, házmelo, penetrarme, métermela"...

Vamos, pídeme que me calle o que te haga ruidos, que suelte gemidos de chica adolorida por la potencia de tu candente fierro, cógeme fuerte que yo aguantaré y pediré más, más y más...

¡Dímelo una y otra vez! me emociona oírte decir
-qué ganas tenía de volver a metérela por el culo-
-pon el culo y te lo follo-
-como me esta gustando darte por el culo-

Abreme el culo, cómemelo, lléname de saliva para que resbales lentamente cuando entres en mí y me llenes de felicidad, págame el favor que te hice al lamerte con gula cada una de las partes de tu viril armamento...

ábreme de piernas y con tus manos ábreme las nalgas para tomar bocados en mi esfinter anal, sigue tu impulso animal y clávamela bien adentro, embiste despiadadamente mi ansioso culo, dámela toda que ya sabes que seré bueno con tu deliciosa poya...

¡Vamos Enric amigo, recíbeme que la pasaremos bien!


SIN DOLOR:

<HR>SIN DOLOR: Me invitó un par de copas en el bar, era un poco mayor y no disimulaba sus intenciones.

Hablamos de música y arte y no supe ni como pero llegamos a hablar de la cultura griega y las aficiones sexuales de los pensadores de aquellos tiempos.

-Debe haber sido muy doloroso para los jovencitos- le dije

-No lo creas, hay técnicas para reducir el dolor y maximizar el placer- me respondió mañosamente…

Me llevó a su departamento y me puse cómodo

-Bueno…"experto"…tú dirás… y recuerda que no me va a doler- le dije

-Tranquilo, tranquilo…-

Miré por la habitación para ver a donde me llevaría, me condujo a una mesa en un rincón del departamento y me pidió que acomodara boca abajo con el pecho sobre la mesa, le obedecí y me planté con las piernas separadas y poniéndome completamente a su disposición.

Disfrutando de la situación me acomodé, el hombre separó mis muslos con cuidado y se arrodilló detrás de mí. Mi culo quedó a la altura de su cara.

-Primero te voy a preparar un poquito…- me dijo

-Hazme lo que quieras…- le respondí

Y allí estaba yo, separando las nalgas frente a un desconcido que me prometió placer con poco dolor…

-Tu culo esta chiquito, sonrosado y apretadito…- y al decir ésto enterró su cara entre mis carnes y me introdujo la lengua en el ano…

Yo sentí que me desmayaba de gusto, solté un gemido y un suspiro, él siguió ensalivando, apretando, comiendo… y mordisqueando mi ano y mis glúteos.

Llevaba un buen rato y yo lo necesitaba cada vez más…

- ¡Ya! pára y dámela como prometiste… ándale!, dame por el culo…-

Se levantó, tenía el miembro a punto de reventar, con el glande rojo, congestionado. Yo me apoyaba con las manos sobre la mesa con la cara ligeramente volteada para ver sus movimientos.

El hombre tenía cara de vicio… pude ver que tenía los huevos a punto de reventar pero quería calentarme al máximo.

Me separó las nalgas y apoyó la punta de su pene en la entrada de mi ano. Sólo me dejó que sintiera su contacto y comenzó a deslizar su lengua por mi columna.

-Muchacho…- me decía mientras lamía -¿La quieres?-

-¡Sí, sí…!-

-¿Quieres que te dé?-

-¡Sí, por favor…dame, dámela!- le pedí casi llorando

-Dime… ¿que quieres que te dé?-

-¡¡Dame por el culo, cabronazo, cógeme, reviéntame el culo pero no me tengas así… métemela!!-

Así comenzó a complacerme, comenzó a meterla. Por momentos notaba como mi esfínter se dilataba y comenzaba a engullir su miembro.

Comencé jadear y a gozar. El hombre empezó a hacer fuerza agarrándome de los hombros.

Poco a poco mi abertura se acopló y terminó rodeando su pene con fuerza y logrando extraer el mayor placer de la situación.

Por fin, sus pelotas golpearon las mías y su vientre mis nalgas.

Yo boqueaba como un pez, jadeaba, lloraba y me agarraba de la mesa hasta que mis nudillos se ponían blancos por la presión.

Entonces comenzó el mete-saca, mete-saca… Mi recto estaba caliente, resbaladizo… y yo en éxtasis total.

Una de sus manos soltó mi hombro y agarró mi cabello, acarició mi nuca y con su dedo recorrió el contorno de mis oídos, mis labios y mis dientes, me metió el dedo en la boca y yo se lo chupé al tiempo que seguía gozando de su miembro en mis entrañas…

-¿Te gusta, muchachito?…¿Te gusta?-

Y yo con su dedo enredado en mi lengua, entre gemido y gemido…

- ¡¡Sí, sí, sí, sííí…!! -

Sus manos bajaron hasta mi cintura, luego agarró mis muslos. Abrí los ojos al oirlo respirar como para terminar, le pedí que aguantara un poco.

El sudor nos corría por la cara y resoplábamos al unísono. De repente, entre esa niebla de placer me pareció oír su voz…

-¡¡ Ya casi… me vengo…!!-

Al mismo tiempo yo me vaciaba en el aire, soltando un chorro de leche sobre el piso y apretaba los dientes para no gritar.

El hombre poco a poco iba vaciándose dentro de mí.

Me mantuvo abrazado por un par de minutos más, hasta que dejó de eyacular en mi recto y nos quedamos respirando pesadamente sobre la mesa.

Sin separarse de mí, se tumbó sobre mi espalda y me dió un besito en la mejilla.

Sonreímos y los ojos se nos animaron.

- Increíble… tenías razón, no me dolió… ¿Tienes algo que hacer esta noche? -

le dije en tono de broma. Por fin se desacopló de mí con un sonido de succión. Me levanté

-¡Huy, huy…!… discúlpame pero tengo que vaciar lo que me dejaste adentro… Esperame tantito… -

Y me fuí para el baño...


DESDE LEJOS:

<HR>DESDE LEJOS: Adiviné su llegada cuando reconocí su voz al saludar a uno de los clientes de la video tienda, su acento Hondureño, grave y amable, se plantó en uno de los casilleros sencillos, yo ocupaba el más espacioso que estaba enfrente...

Me le acerqué para saludarlo y como todo un caballero se puso de pie y me ofreció su mano, la estreché con gusto...

-¿Como ha estado?- preguntó

-Bien, aquí de mañoso- le respondí coloquialmente, sabíamos lo que buscábamos, me le acerqué insinuante y su diestra exploró curiosa la carne de mi trasero... aún a través de mi ropa sentí su energía la cual me animó a desabotonar mis pantalones y dejarlos bajar hasta la altura de mis muslos...

Entonces su mano, recorrió libremente "la pampa de mi pompa" [¿a poco no me quedó mamona la expresión?] ay... ah... ay... ¡que deliciosa sensación aquella, fue tan llegadora que me arrancó esos gemiditos de placer al tiempo que veía cómo su fierro se iba poniendo firme debajo de su pantalón azul...

En mala hora suena la alarma, me vistó a prisa y me alejo disimuladamente de él para volver a mi casillero...

Desde ahí le hago señas invitándolo a pasar unos minutos conmigo, pero el se niega y me pide que se las enseñe desde lejos...

Vuelvo a desabotonarme las ropas y esta vez dejó caer mis pantalones hasta mis rodillas para que me pueda mirar completo por atrás, él y otros dos mirones estiran el pescuezo para no perder detalle de la carne que les ofrezco...

Me pide que me agache, que me inque, que separé una de mis nalgas para alcanzar a mirar la abertura de mi ano, todo lo hago para complacerle, mirando de reojo como a liberado su larga serpiente de carne... ¡Que larga y gruesa se ve! se la acaricia al tiempo que me mira...

Lo invito a venir a mí, le muestro que traigo un condón para vestirlo para la fiesta, pero él se niega y sigue masturbándose mientras me mira... dos o tres jalones después suelta un chorro de leche sobre el piso, a tres metros de mí, lo miro entonces como sacude y guarda su feliz espada y se va despidiéndose con una gran sonrisa...

Y yo me quedo pensando que la próxima vez me lo llevo al hotel...


CON MI VIEJO... AMIGO:

<HR>CON MI VIEJO... AMIGO: -He pensado mucho en tí...- me dijo el viejo

-¿Has pensado tú en mí en este tiempo?- quiso él saber

-Claro que sí, no puedo negarlo- le respondí

Su mano se acercó lentamente hasta alcanzar la mía. Era muy temprano y no había nadie en el parque al que salgo a caminar por las mañanas. El contacto de su piel y el olor de su loción de afeitar me transportaron a pasados encuentros.

Mi otra mano se acercó disimuládamente a sus genitales y a los dos se nos subió la temperatura. Por debajo de sus pantalones, su miembro empezó a perder la flacidez que tenía y a empezó a exigir más espacio, más atención.

-¿Por qué no vamos a otro lugar en donde estemos mas cómodos?- me dijo él.

Me reí y le dije bromeando.

-¿Es que no se te ocurre nada más que llevarme a coger?-

Seguí moviendo mi mano, lentamente me acerqué y empecé a presionar contra mi cuerpo. No tardé en sentir la forma cilíndrica, dura, esbelta y firme al otro lado de sus ropas.

Sus ojos se abrieron brevemente y un suspiro de aprobación se escapó de su boca.

- ¡Ah! me acordaba de que eras tooodo un hombre... y veo que no has cambiado en nada... llévame a donde quieras... a "ponernos cómodos" como tú quieres...-

Fuimos a la casa donde él vivía y me llevó a su cuarto...

No bien cerramos la puerta, cuando su lengua empezó a recorrer mi cuello y los lóbulos de mis oídos.

-Déjame verte...- le dije, al tiempo que me sentaba sobre la cama.

Se paró frente a mí y puso su vientre contra mi rostro.

Desabroché su cinturón y abrí su bragueta. Deslicé mi mano por adentro de su ropa, como queriendo revisar que su delicioso objeto siguiera ahí.

El miembro continuaba erecto, duro, inmóvil como una torre sólida y erguida.

Me apuré a desvestirlo, sus pantalones cayeron, al mismo tiempo que su ropa interior.

Me quedé unos instantes observando su miembro, me sentía como un niño con juguete nuevo, lo tomé por la cintura, le arañé suavemente las nalgas y luego lo atraje hacia mí, hasta que su carnoso pene rozó mi cara.

- Me acuerdo de que esto te gustaba mucho... ¿Sigues con las mismas mañas? - le pregunté malicioso mientras le daba un pequeño beso a la punta de su miembro.
Alcé la vista y pude ver su mirada de satisfacción.

Me metí la punta de su lanza viril en la boca y empecé a mamarla lenta y suavemente, como quien paladea la más pura de las mieles.

El pene respondió a mis caricias con pequeñas convulsiones, como dando pequeños saltitos tratando de escaparse de mi boca.

Lo tomé por el tronco, le recorrí la piel hacia abajo y lo apreté, forzando la sangre a agolparse en la cabeza, ésto hizo que se le hinchara aún más de lo que ya estaba.

-Ya estás listo... Ahora me toca gozar a mí - le dije.

Me desabroché la camisa y acabé por desnudarme por completo para él.

Me deslicé por la cama en cuatro patas y al hacerlo levanté el trasero para ofrecerle mis nalgas, quedando expuesto y con las piernas abiertas para que me tomara como tantas veces lo había hecho en el pasado...

El viejo se me trepó encima como lo hacía siempre que nos encontrábamos durante el tiempo que fuimos amantes.

Una de sus manos recorrió mi vientre y fué subiendo hasta alcanzar uno de mis senos, palpitante y coronado con su pequeño pero sensible pezón.

Me hizo cambiar de posición, ahora estaba boca arriba y su lengua recorrió inquisidora la curvatura de mis pechos, lamiéndolos en forma circular y sorbiendo mis pezones con pasión.

Nuestros miembros se acariciaba mutuamente, el cuarto se llenó de gemidos de placer, más y más repetitivos a medida que los segundos iban transcurriendo.

-Ya no aguanto más... Házmelo ya, ahorita... - le supliqué con mi más cariñoso tono de voz.

-¿Ya no te aguantas las ganas? Pídemelo de nuevo... Dime que la quieres toda dentro... ¡órale!... Pídemelo... - dijo él

- Por favor... Métemela toda, hasta el fondo... Por favor, papacito...-

Al escucharme rogándole, el viejo me penetró, primero despacio, con falsa timidez, luego más de prisa y luego más y más y más...

Yo, mientras tanto, abría más las piernas y con las manos trataba de separar mis nalgas para sentirlo más y más adentro.

Al poco rato sus contracciones y jadeos anunciaron que mi amante caballero estaba a punto de alcanzar el orgasmo.

Lo hice salirse de mi cuerpo y le pedí que se relajara un poco para prolongar nuestro acto carnal por unos minutos más.

Se retiró y se puso a mirarme las nalgas, las pellizco suavemente y me dió una pequeña mordida en cada una, luego se empezó a mover para volver a acoplarse y seguirme gozando.

Cuando me dí cuenta de sus intenciones, le impedí acercárseme. Lo empujé haciéndolo quedar recostado en la cama, boca arriba y entonces me senté sobre su pecho.

-Ahora te toca rogarme... Pídeme que te haga gozar. Ruégame o me voy y te dejo con las ganas. - Mentí

-Por favor... déjate coger... dame tus nalgotas, tu culo me enloquece- me respondió

-¿Quieres haceme tuyo?- Le dije

-Voy a hacerte mío, te la voy a meter como a tí te gusta... déjame que te haga gozar, déjame ser tu marido...-

Me deslicé para atrás hasta que quedé sentado sobre sus muslos.

Tomé su miembro con una mano y me lo metí, empecé a subir y a bajar, a subir y a bajar, más rápido, más rápido, más rápido, hasta que sentí la humedad de su leche en mis glúteos y la entrada de abertura anal.

Me levanté lentamente mientras que el líquido seminal me escurría por entre las piernas.

-Vamos a lavarnos..- sugerí.

Nos bañamos y volvimos a la cama, desnudos, nos recostamos juntos y dormimos por unos minutos. Me levanté, me vestí y me fuí a trabajar con muchas ganas de volver a "caminar por el parque" al día siguiente.


EN EL GIMNASIO:

<HR>EN EL GIMNASIO: Una frente a otra las regaderas tenían una pequeña cortina para evitar que el agua saliera al pasillo, yo había terminado mi rutina de ejercicio y me terminé de bañar pero no pude evitar mirar al señor de la regadera de enfrente.

Dudé por unos instantes y luego me recosté sobre la pared del cuartito para mirarlo por la redija de la cortina. Era fuerte y velludo con algunas canas.

El hombre se dió cuenta de que lo miraba pero continuó con su regaderazo. Al saberse observado, comenzó a hacerlo en forma suave, rítmica, como jugando con el agua.

Estaba de espaldas a mí y cuando le tocó enjabonarse la parte delantera, dió un giro para que sus genitales estuvieran expuestos a mi mirada.

Yo no perdía detalle y mientras me acariciaba el vientre y el pecho, mi otra mano, jugueteaba con mis nalgas, acariciando la entrada de mi ano.

El señor alcanzó a mirar lo que yo hacía y empezó a enjabonarse el pene, una y otra vez, arriba y abajo, arriba y abajo, hasta que pasó lo que tenía que pasar. Era muy temprano y estábamos completamente solos.

-¿Quieres compartir la regadera? - me preguntó el hombre.

No le respondí pero me le fuí acercando. Me arrodillé frente a él y tomé su miembro, introduciendo la cabeza en mi boca. Lo chupé rápidamente hasta que sentí que había completado su erección, estaba durísimo...

Al verlo listo me levanté y me colgué con ambos brazos de la barra que sostiene la cortina. El hombre me rodeó con sus brazos y puso sus grandes manos en mis glúteos, levantándome suavemente.

Era muy fuerte y me levantó sin ningún problema, lo que me permitió alzar las piernas, las crucé a los lados de su espalda.

El hombre me fue bajando lentamente hasta que la punta de su gran miembro se acopló con la entrada de mi ano, en ese momento me penetró con violencia.

Me estremecí de placer al sentir la arremetida de su viril órgano dentro de mí. A partir de ahí nuestros movimientos se fueron dando sin pensar, eran automáticos.

El hombre me levantaba y me bajaba con sus poderosas manos, tomando mis nalgas, mientras que yo le ayudaba con los brazos y me apretaba fuertemente a él con las piernas enroscadas en su cuerpo.

Alcanzamos el clímax, me soltó y permaneció inmóvil, exhausto por el esfuerzo físico realizado, yo también estaba cansado.

Nos detuvimos un momento y yo contemplé los restos de semen escurriendo por nuestros cuerpos bajo la presión del agua, eran como barquitos en medio de un río tormentoso.

La coladera se tragó las evidencias de nuestro furtivo, febril y placentero encuentro.

Nos secamos y le dí un abrazo para sentir su velludo pecho sobre el mío, le dí las gracias por el delicioso momento que me hizo pasar.

Cuando el señor estaba por irse se me acercó al oído diciendo

-Mira, la regadera de mi casa siempre estará disponible para tí- y se marchó dejándome una pequeña tarjeta con su número de teléfono.


YO NO QUERíA:

<HR>YO NO QUERíA: Hacía mucho que no iba a la porno-video-librería, ví algunas caras y cosas nuevas y algunos de los viejos conocidos.

Fuí con la mejor intención de comportarme, sólamente iba a ver videos y cualquier actividad ilícita desde lejos, pero uno de los que me conocen me arregló un encuentro furtivo con un hombresote que llegó a sentarse al rincón.

Tenía una barriga pequeña y una pinga no muy grande pero de tamaño agradable, fue delicioso sentirlo crecer y ponerse duro bajo las caricias de mi mano, luego me incliné y se la chupé léntamente

-Despacio- me dijo.

Después de unas cariñosas chupadas animadas por algunas caricias de su mano entre mis cabellos, el viejo que me conocía se me acercó por atrás y mientras yo se la chupaba al gordito, él me acariciaba las nalgas a través de la ropa.

Le saqué toda la leche a mi pareja de ese momento y me salí dejándolo con una gran sonrisa.

Me fuí a orinar y cuando volví había un américano grandote en el rincón. Se sacó el miembro, se lo empezó a frotar para hacerlo crecer y vaya que fue creciendo, claró que yo no desperdicié la oportunidad y me acerqué, sabedor de mis intenciones se encorvó para acercarme al punta de su carnosa lanza.

Yo me incliné un poco y le besé la glande, animándolo a gozar de la calidez de mi cavidad bucal.

Empezó a mover rítmicamente su pelvis para penetrar mi cara, una y otra vez al tiempo que un par de mirones seguían nuestros movimientos con miradas febriles. Duro y duro me la metió hasta que soltó un chorro de mecos que luego luego escupí.

Se guardó el miembro, se cerró la bragueta y me dejó frente a la pantalla de video mirando como le daban por el culo a una rubia bien nalgona.

Uno de los mirones era un Vietnamita que se había recalentado al mirarnos, se acercó invitándome a tocarlo, a través de los pantalones le agarré la verga y la sentí un poco dura pero creciendo poco a poco, le bajé el ziper y metí mi mano para sentir la calidez de su carne...

-¡Ummm!- gemí.

-¡Mámamela!- me dijo y yo me inqué para gozarlo

Me la metí completa y lo sentí firme en mi garganta, estábamos calientísimos, recorrí con mi lengua y mis labios cada centímetro de su miembro y, como siempre, no faltó que alguien entró haciendo sonar la alarma y nos separamos disimuladamente para checar al recién llegado, no fuera a ser un policía o el dependiente de la tienda.

Cuando vimos que no había peligro volvimos al rincón, esta vez yo quería sentir un par de pellizcos en las nalgas, así que le tomé el miembro y le ofrecí mis nalgas para que las acariciara a través de la ropa.

-¿Traes condón?- me preguntó.

Yo no traía preservativo por que, como dije, sólo iba a mirar, pero él sacó un paquetito azul, lo abrió y se lo pusó rápidamente, yo me voltee, me bajé los pantalones y me incliné ligéramente para facilitarle el acceso al objeto de su malsano deseo.

Adentró

-¡¡Aaahh!!- una y otra vez me la metió completa y me llenó de placer.

Al cogerme, me acarició los pechos y la espalda, me pellizcó las nalgas y me mordió el cuello.

Después de unos deliciosícimos segundos extrajo su chorreante pene de mi cavidad anal, al hacerlo dejó dentro la punta del condón y soltó el resto de su leche sobre el piso.
Nos vestimos y nos fuimos por caminos separados.

Yo de verdad que sólo quería mirar pero ya ví que me es imposible.


LA POSICIóN FAVORITA DEL CUBANO:

<HR>LA POSICIóN FAVORITA DEL CUBANO: El Cubano y yo hemos sido amantes intermitentemente por más de 10 años, por su carácter dificil tenemos dicusiones que terminan en separación pero después de un tiempo, el destino cruza nuestros caminos y volvemos a juntarnos hasta que un nuevo pleito nos separa [la última vez que lo ví fue hace como 2 años]...

Lo hicimos en todas partes, en hoteles, en oficinas desocupadas, en el parque, al aire libre bajo el cobijo de la noche, en su mini-van, en la casa rodante de un amigo suyo [en trío], en la sala de su casa, en el sauna-club, en el cine porno, etc...

Recuerdo con emoción una de las primeras veces que lo hicimos en su mini-van, lo acababa de acondicionar para su trabajo, o sea que lo dejó sin asientos en la parte de atrás para poder cargar con su equipo de trabajo, pero aún así, tenía bastante espacio libre, una cortina oscura dividía los asientos de enfrente con la parte de carga y la ventana trasera estaba totalmente bloqueada...

-Asómate a que no venga nadie y bájate los pantalones para verte las nalgas- me ordenó...

Yo me arrodillé apoyándome sobre el respaldo del asiento y le dejé que me acariciara el trasero mientras contenía la emoción y veía pasar la gente al lado del vehículo...

Me bajé el pantalón dejando mis carnosas y blandas nalgas a su completa disposición, ya me había dicho muchas veces que soñaba con ellas, que quería que fuera siempre suyas, por momentos yo cerraba los ojos al sentir su boca chupándomelas una y otra vez, alternádamente, metiéndome la lengua lo más que podía entre la carne de los glúteos...

Estuvo lamiendo y chupándomelas por buen rato hasta que se separó por un momento para desabrocharse los pantalones mientras yo levantaba el trasero para acercárselo...

-Ven acá maricón, ven a comerte esta pinga que lagrimea por tí-

Cerrando la cortina me incliné para saborear su gran miembro, con venas gruesas que palpitaban al ritmo de su corazón...

Se tiró de espaldas para que yo explorara con facilidad sus huevos y todo lo largo de su hermoso y viril miembro...

-Pónme el condón que ya tengo mucho deseo de vacilar con tu bollito-

Era su manera de pedirme que le entregara mi culito para entretenerse en él mientras adquiría la firmeza necesaria para penetrarme...

-Acuéstate aquí a mi lado, que para eso eres mi mujer-

Acostados paralélamente y de ladito, esa era su posición favorita para tomárme, así ponía la cabeza de su verga a la entrada de mi culo y me la acariciaba intermináblemente hasta que se le ponía bien dura y a mí se me abría la entrada para recibirlo entero...

-¡Ay! que rico estas maricón- mientras una de sus manos recorría mi nalga y la otra me acariciaba la nuca... así entraba bien fácil, bien lubricado su pistón me llegaba hasta el fondo y entonces nos movíamos lentamente, disfrutando cada roce...

Esa fué la posición en la cual me cogió innumerables veces, estacionaba el mini-van frente al parque, en el estacionamiento del centro comercial, a la orilla de un camino solitario, tal vez tú, lector, alguna vez viste nuestro vehiculo moverse sospechosamente a mediodía en algun estacionamiento de la soleada California...


UNA RUBIECITA AMERICANA:

<HR>UNA RUBIECITA AMERICANA: Era una de esas tardes en las que oscurece temprano, nos encontramos cerca de la avenida Harbor, trabajábamos en el mismo lugar pero hubiera sido inapropiado salir juntos de ese lugar.

Era una rubiecita Americana que tenía fama de caliente, yo tenía la mejor intención de llevarla a un hotel y hacerle un trabajo amable pero ella era amante de las emociones fuertes

-Vamos a un callejón de aquí atrás- me dijo, estaba oscureciendo y me animé a hacer lo que me pedía, siempre lo hacía con hombres, no me iba a intimidar hacerlo con una chica.

Estacioné el auto en un callejón y nos besamos como novios al principio y fuimos subiéndole el calor mientras nuestras manos exploraba el cuerpo del otro, ella me tomó por los huevos y yo le apreté todas las redondeces que pude, recuerdo que se desabotonó la blusa y dejó al descubierto sus blancos y turgentes senos, macizos, de areolas y pezones sonrosados; también recuerdo la suave curvatura de su vientre, su pubis de pequeños rizos rubios, sus muslos nacarados, esculturales.

Me apretó el miembro con destreza hasta provocarme una firme erección, era nuestro primer encuentro y la verdad es que no me atreví a pedirle que me lo mamara, en cambio le quité las pantaletas, le separé las piernas y como pude me acomodé frente a ella echando el respaldo de su asiento para atrás para penetrarla lentamente...

Ella gozaba teniendo mi miembro adentro y se movía para devorarlo con su rubia y caliente cueva, de verdad parecía ser una experta en eso de las posiciones incómodas, después de coger unos minutos de esa manera, se separó de mí pidiéndome que me sentara, por que ahora era su turno de estar encima...

Me acomodé sobre mi asiento levantado mi caliente lanza para que la tomara como quisiera y lo que hizo fue sentarse lentamente sobre ella, comiéndosela con su deliciosa conchita que estaba bien mojada y abierta, poco a poco ví desaparecer cada centímetro de mi miembro entre la blanca y firme carne de sus nalgas y cuando la tuvo toda adentro se puso a saltar sobre mí para sentirse tocada en lo más profundo y para extraer de mi vara hasta la última gota de leche tibia...

-La próxima vez quiero que me comas el chochito- me dijo más tarde cuando la dejé a cuatro calles de su casa...


LICAS EL FUERTE:

<HR>LICAS EL FUERTE: Licas se sentía afortunado de haber encontrado a ese muchacho alegre, ya estaban en la cama del cuarto número 7 a donde habían llegado por sugerencia de Selvio, ambos habían pagado la mitad.

Ahora Licas estaba hincado detrás de Selvio que estaba empinado... sus suaves, casi lisas, claras y redondas nalgas eran una deliciosa oferta para su carnal deseo, sus brazos delgados le servían de apoyo a su cabeza que se encontraba incrustada en una almohada...

Licas le untó bastante lubricante con sus grandes dedos y al hacerlo, se los metía para ver que tan relajado estaba, podía sertirlo un poco estrecho y le preguntó, más por el placer del dialogo cachondo que por no querer lastimarlo:

- ¿Estás seguro que quieres que te la meta? -

- Sí, pero despacito – le contestó Selvio

Acercó su cabezota a ese hoyito y le ofreció detenerse si le producía dolor... Selvio lo animó a no detenerse, no era la primera vez que se entregaba a un macho como Licas...

Fué entrando en esa cálida grieta de carne y la sintió contraerse, empujó despacio, suave, con paciencia, sólo se escuchaban sus respiraciones, la de Licas, lenta y profunda y la de Selvio, en cambio, agitada, rápida y nerviosa. Eso le prendía y hacía que se le pusiera más tiesa la verga...

Empujó con un poco más de fuerza y logró que la punta entrara, Selvio parecía sufrir, pero Licas ya no tenía ninguna intención de retirarse, lo sujetó con fuerza de las caderas e hizo entrara toda su virilidad...

La respiración de Selvio se hizo más pronunciada, fuerte, casi casi escandalosa hasta llegar a convertirse en francos gemidos de dolor-placer... Nuevamente le preguntó que si se la sacaba pero la cabeza de Selvio se movía de un lado a otro diciéndole que no...

Contando con el permiso de su recién conocida pareja le dejó ir un par de centímetros más de su gruesa pistola, la presión de esa carne le hacía gozar cada vez que un trozo de su carne avanzaba adentrándose en ese culo...

Por un momento le sorprendió que Selvio ni siquiera hubiera hecho el intento de safarse, eso lo excitaba aún más y decidió acariciarle la espalda, recorrerla con la palma de sus manos, se dobló sobre él y le dió un par de besos en la parte media de la espalda para premiarlo por el gran placer que le daba al alojar su firme pinga dentro de su cálido cuerpo...

Entonces Selvio se puso exigente, pidió que se la acabara de meter de una vez, escondió su cabeza entre dos almohadas mientras Licas lo sujetó con fuerza y empujó lo más que pudo... al hacerlo pudo ver las manos de Selvio aferrararse a las sábanas, lo vió abrir la boca y cerrar los ojos, una escena que de verdad lo prendía...

Lentamente se la sacó un poco para nuevamente enterrársela mientras él respiraba fuerte, con sus dientes enterrados en la almohada, por fin se la metió completa y alcanzó a escuchar a Selvio murmurar:

-Reviéntame el culo papacito-

Eso fue aún más estimulante para Licas que tomó esas caderas y dejó caer todo su peso concentrado en su pene, movió sus fuertes y grandes manos para abajo de esas nalgas, que por ahora eran entéramente suyas, las separó con rudeza, y con las piernas se impulsó hacia ese culo, quería lastimarlo, deseaba rompérselo como le habían pedido...

Se inició un fuerte y brutal mete y saca. Licas bufaba al ritmo de sus empellones, en cambio Selvio sólo gemía, lloraba, ambos cuerpos estaban llenos de sudor, algunas lágrimas asomaban por sus ojos de Selvio, abiertos al máximo...

Ahora Licas, dentro de todo ese mar de lujuria, se sintió enamorado de ese muchacho que sufría para que él gozara y comenzó a pensar en darle placer, en hacerle ver estrellas... le hundía la verga completa, mientras sus manos separaban sus deliciosas nalgas de cabrón, sujetaba sus hombros y lo jalaba hacia él, quería fundise con él...

Selvio entonces comenzó a decir ya... ya... ya... Licas entonces le pasó una mano por el vientre colgante y llegó hasta su pene, que derramaba chorros de esperma mientras el cuerpo de Selvio se estremecía de un placer indescriptible...

Sentir esa leche caliente recorriendo sus dedos le excitó tanto que acabó dentro de Selvio, en fuertes, potentes, gruesos y abundantes chorros, le llenó el orificio por completo...

Sin sacársela, ambos nos desplomaron en la cama, Licas permaneció acostado sobre Selvio, poco a poco sus respiraciones se normalizaron... después de unos minutos de reposo, Licas se salió del cuepro de su amante y bajó para besarle las nalgas en un gesto de agradecimiento por el infinito placer que le había dado ese cabrón...

-¿Te gustó?- pregunto Licas

-Mucho- le respondió Selvio un poco apenado

-¿Volverías a dejarte coger más tarde?-

-No me importa si me rompes el culo, desde hoy soy tuyo, métemela cuantas veces quieras, como quieras- le dijo mientras le daba una tajeta con su número de beeper...

Sus palabras le pusieron rígido el palo a Licas, con esa brutalidad de macho le metió dos dedos en el húmedo culo, lo hizo voltearse boca abajo y lo colocó con las nalgas al aire, Selvio mordió la almohada con resignación y con voz apagada dijo:

-Reviéntamelo papacito...-


EN CASA DEL MUCHACHO:

<HR>EN CASA DEL MUCHACHO: Aquel día me fui al lugar de los encuentros y me encontré a un joven de entre 20 y 25 años de edad que me había invitado a su casa unos dias atrás, se la empecé a mamar y cuando le pedí que me la diera me dijo:

-Aquí no, vamos a mi casa- pense que nunca me lo iba a pedir...

Vivía con unos amigos, al llegar a su casa me llevó a su cuarto, noté que había un hombre en la recamara del fondo, me dijo que eso no importaba, ellos sabían de sus aficiones, su habitación tenía las paredes tapizadas con escenas leather~gay, puso un video de porno y nos lanzamos a retozar sobre su cama...

Comencé por incarme frente a él y a chuparle el miembro, al tiempo que lo hacía, mis manos se dedicaron a acariciar su magnífico cuerpo, la firmeza de sus carnes me enloquecía, sus negros y abundantes vellos, sus muslos, su vientre, sus pectorales, sus nalgas...

Todo su cuerpo tenía una calidez que alocaba mis sentidos y me incitaba a comérmelo a extraer de él la vida por la punta de su verga...

Al cabo de unos minutos me recosté sobre la cabecera de su cama y el muchacho casi se me monta en la cara para follarme por la boca...

Nos unimos en un abrazo sexual, nos en-sesenta-y-nueve-amos por un rato y luego se tendió sobre la cama para penetrarme desde abajo, me monté sobre él llenándole la lanza de lubricante para que pudiera entrar en mi abertura anal...

¡Con qué facilidad me penetró! llegó hasta donde su mediana longitud se lo permitió y con ello llenó de calor, amor y lujuria los rincones más íntimos de mi ser, pude sentir la dureza de sus huevos con mis nalgas y su abrazo me causó una debilidad que él aprovechó para hacerme completamente suyo...

Luego de unos movimientos casi de lucha greco-romana, yo quedé abajo, como a mí me gusta, y entonces me penetró verticálmente, desde arriba, se montó sobre mí, sus manos separaron la carne de mis nalgas para poder mirar la abertura por la que introdujó su firme miembro una y otra vez, hasta que sintió venirse...

-¡Todavía no!- le rogué, pero era demasiado tarde, el muchacho se salió de mi cuerpo, se arrancó el condón y tiró un chorro de leche caliente y blanca sobre sus propios muslos...

Tomamos turnos en la regadera y nos depedimos...


MíRALO:

<HR>MíRALO: -¡Mira cabrón!- le decía al Mexicano -Mira cómo se le abre el culo con sólo meterle la lengua-

-Te lo dije, este puñal me pone bien loco- respondio él, y se puso detrás de mí

-Voy a romperte el culo mi amor, voy a rompértelo con mucho gusto- me dijo.

Muy excitado, el Hondureño tomó su verga y la guió hacia mi agujerito. Primero lo rozó un poco, me la pasó por el surco que divide mis nalgas, dejó caer un poco de saliva en mi hoyito y la apoyo allí...

Sentí la presión de la cabeza de su verga en mi esfinter y sentí cuando los músculos de mi ano cedieron para que su gran cilindro de carne entrara...

Enfrente mío, Marcelo, el Mexicano que me tenía ensartado por la boca, se quedó quieto para observar con mirada lujuriosa los movimientos de su amigo...

Jacinto empujó y empujó, enterrándome más y más su verga en el culo. Me encontraba en una situación única, estaba lleno de carne por delante y por detrás... tanto placer me hizo gemir, por momentos me faltaba el aire. Cuando estuve completamente ensartado, los dos hombres empezaron a moverse...

-¡Así, así... órale!- gemían...

En su lasciva conversación de machos confesaron que ese había sido uno de sus sueños por mucho tiempo, pero nunca habían encontrado alguien que aflojara (accediera) como lo hice yo...

Me estaban haciendo muy feliz. La sensación de una verga por la boca y otra por el culo era deliciosa...

Me acostaron boca arriba, Uno siguió dándome por el culo y el otro meneaba su verga, a punto de reventar, apuntando a mi cara y lanzó tres chorros de leche espesa y caliente que cubrieron mi lengua y mis mejillas, casi el mismo tiempo sentí estallar dentro de mi recto la fuerte eyaculación del otro, sentí su miembro crecer y soltar una pesada carga de líquido seminal dentro de mí...

Después, los dos salieron de mi cuarto y me dejaron vibrando sobre la cama, disfrutando del relajamiento de mis músculos y mis terminales nerviosas mientras mi alma les agradecía tanto y tanto placer...