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Selvio

EUDORIO Y CONSTANTINO:

EUDORIO Y CONSTANTINO: Los demas podían verme buscando y buscando hasta que llegué a un cuartito donde ví al joven recostado en el asiento, se había bajado los pantalones hasta las rodillas y su bikini en la misma posición.

Jugaba distraídamente con su miembro manteniendo una húmeda erección.

Me paré frente a él y procedí a introducir y retirar la cabeza de su pene erecto en mi boca, matizando el movimiento con suaves roces de mi lengua contra la cabeza del miembro.

Eudorio, así se llamaba el joven, llegó al clímax expulsando borbotones de semen blanco que se pegaron en mi cara. Me dió una servilleta mojada para limpiarme y me dijo que quería mas, que esperara unos momentos a que se repusiera y volvería a dármela. Agradecido me puse a limpiarle solícito los restos de semen que quedaban en su miembro.

-¿Te gusta la verga por el culo?- me preguntó y con un gesto le dije que sí (y mucho).

Le dí una última chupada seguida por un beso amoroso a la cabeza y al hacerlo me percaté de la presencia de otro hombre en el reducido espacio, pude ver que tenía un bultazo furioso en la entrepierna y Eudorio me hizo un gesto animándome a tomarlo ahí mismo.

Mis dedos se acercaron, hurgaron y se enroscaron, hasta sentir su pene por debajo de la tela del pantalón.

Una vez localizado el objetivo, comencé a presionar la palma de mi mano vigorosamente contra el cuerpo del muchacho en forma rítmica y metódica, hasta que sentí surgir esa superficie dura de la entrepierna del joven.

Despues supe que su nombre era Constantino. Se sentó junto a Eudorio en la banca del cuarto y me ofreció la dureza de su hombría para que la chupara.

Casi al instante me incliné a practicarle sexo oral. Eudorio no me hizo esperar mucho. Se colocó detrás de mí y, después de ponerse un preservativo, procedió a penetrarme vigorosamente. La fuerza con que lo hizo me obligó a emitir un quejido grave. Mis gemido parecieron excitar más y más a los dos hombres.

-Tienes un agujero bien rico- me dijo Eudorio mientras agarrado de mis ingles me atraía hacía él para metérmela y sacármela una y otra vez.

Constantino gemía mientras yo pasaba mi lengua por sus partes mas íntimas.

Esa es una de mis vivencias favoritas; mamársela a un hombre mientras el otro me la mete por atrás y si a eso le agregas un par de mirones entonces sí que estaba feliz.

Uno de los mirones, un Américano joven y con lentes oscuros se unió a nuestro grupo, se acercó hasta que su miembro quedó frente a los labios de Constantino y este sacó su lengua hasta que entró en contacto con la punta de esa verga blanca y dura. Fué muy rápido y el Americano terminó dentro de la boca de Constantino que se comió el semen.

Al cabo de unos instantes mi trabajo en el miembro de Constantino rindió sus frutos. Lo sentí a punto de venirse y retrocedí unos centímetros para dejar que eyaculara sobre mi cara, cubriendo mis mejillas con borbotones de semen de color marfil. Casi al mismo tiempo el miembro de Eudorio se convulsionó en mi interior dejándome sentir una eyaculación potente y abundante que me llenó de un placer indescriptible...

1 comentario

Netrusko -

Creo que aunque dices que llueve por alla y no haz podido salir de cazeria te ha ido bastante bien en tus estadisticas no?...