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Selvio

EPIGMENIO, FEDERICO Y YO:

EPIGMENIO, FEDERICO Y YO: Epigmenio me había invitado a pasar el fin de semana en su pueblo, me dijo que compartiríamos el hotel y los gastos con un amigo suyo, un tal Federico.

Llegamos al hotel y Epigmenio me dijo que llegara al cuarto, que Federico me estaría esperando, él tenía que hacer unas cosas y se reuniría con nosotros mas tarde.

Llegué al cuarto y encontré a Federico en una de las camas, estaba cubierto por una sábana y junto a él, un objeto alargado, que no tardé en reconocer como un vibrador, a mi casi no me gustan esas cosas...

A un lado, la revista que estaba leyendo. En ella pude observar la foto de un musculoso modelo masculino desnudo mostrando ostensiblemente su miembro en erección.

-¡Hijole! Creo que ya te interrumpí- le dije con una sonrisa.

Federico empezó a acariciar sus genitales con una mano, no haciendo ningún intento por ocultarlo. Yo podía ver perfectamente como jugaba con su pene debajo de la sábana.

Puse mis cosas sobre la cama libre de la habitación y me dispuse a deshacer la valija y colgar mi ropa. Una vez hecho esto, me desvestí para meterme a bañar y en ese momento, sus brazos me sujetaron desde atrás y me impidieron moverme...

Se paró frente de mí y acarició ayudandome a desvestirme hasta que me dejó totalmente desnudo.

Antes de que pudiera reaccionar, activó el mecanismo del vibrador y lo colocó entre mis glúteos. Yo me resistí en el primer momento, pero luego accedí al pensar que Epigmenio estaba detrás de todo esto.

-No te vas a hacer del rogar- me dijo.

En ese momento llegó Epigmenio, él era mi amante en esos dias y me había dicho que le gustaría hacer un trío conmigo y alguien mas...

En el gran espejo me ví desnudo, abrazado por Federico, también desnudo, y Epigmenio frente a nosotros, vestido, pero con una mirada golosa.

-Selvio, este es mi amigo Federico y veo que le gustas-

-Orale Epigmenio, desvístete y éntrale a la fiesta- dijo Federico.

Epigmenio de desvistió, la impresión de ver a dos hombres desnudos con sus miembros erectos me hizo correr un frío por la espalda.

Me hicieron que me pusiera en cuatro y se acomodaron; uno enfrente y otro por atrás de mí...

Epigmenio se fue introduciendo en mi cuerpo mientras que Federico apretaba su miembro por mis labios...

Abrí la boca y me lo metió tan adentro que me hizo un poco dificil respirar.

Lo último que pude ver fué a Epigmenio apagando la luz. A partir de ahí todo fue placer. Todo mi cuerpo sintió cómo se acomodaban alrededor de mí para tomar parte del goce colectivo.

Uno de los dos se encontraba sentado y yo le mamaba el miembro, al mismo tiempo el otro, que estaba arrodillado atras de mí, me penetraba.

Yo gozaba por los dos lados, con las piernas bien abiertas animaba al de atrás a dejármela ir toda hasta adentro y mientras tanto me metía entre las piernas de otro, chupándole la verga, tragándome su cabeza, lamiendo la largura de su tronco y haciendo que mi lengua se alargara para chuparle los testículos mientras el otro me culeaba incansable.

A la mañana siguiente, desperté dentro de un capullo de carne humana. Estaba durmiendo apoyando la cabeza sobre las nalgas Epigmenio. Abrí los ojos y descubrí la cabeza del miembro de Federico cerca de mi rostro.

Los desperté, nos bañamos, nos vestimos y fuimos a desayunar. Al terminar volvimos al cuarto, nos desnudamos y repetimos nuestro encuentro pero esta vez a la luz del día...

3 comentarios

elsacapuntas -

Selvio, veo que sigues tan activo como siempre y sin perder el tiempo.
Me alegro.

Mirko -

Tengo que confesar que es una fantasia aun no cumplida...

Daniel -

No te puedes quejar entonces del fin de semana, no? ;)

Saludos
Daniel