Mi Primer Encuentro Del 2017
Me llamó por la mañana, dijo que me extrañaba, que quería volver a verme, me quería besar..
Le dije que yo tambien lo extrañaba y que si quería lo visitaría a mediodía, él accedió... mi corazón palpitó y lo que hay entre mis nalgas también.
Llegué a su departamento, me recibió en bata, hablamos de trivialidades y en un descuido me abrazó y la manera en que lo hizo me hizo temblar de gusto.
Me besó metiendo su lengua entre mis labios, su mano derecha alcanzó mi nalga izquierda, la estrujó y la acarició a través de mis ropas.
Me hizo gemir como putita, era un conocedor de mi naturaleza, sus besos y caricias me transformaron en su perrita fiel.
Su miembro fue endureciendo y creciendo entre sus piernas, lo sentí presionar sobre mi ombligo, yo ya era entonces un manojo de nervios vibrando de ansiedad sexual y de placer homoerótico, sí de ese palcer que solo brota entre dos hombres ansiosos de gozar el placer de la carne.
Tomé su miembro en mi mano, lo acaricié completo, desde la cabeza hasta los huevos mientras él desabrochaba mi pantalón y me bajaba los calzones ganando acceso a la tibia y suave piel de mi trasero...
Yo, por mi parte, queria tener su pija en mi boca, saborear su lubricante natural, lamer sus huevos, todo, pero no me dejó, no dejaba de besar mi boca y abrazarme.
Me acariciaba las nalgas, los pechos, la cintura, me besaba el cuello haciéndome estremecer de placer y ganas de ser su hembra, de ser suyo, suyo en culo y alma.
Me tomó de la mano y me llevó a la cama, nos desvestimos rápidamente y saltamos al lecho cubierto de sábanas blancas, envueltos en ardiente lujuria.
Seguimos abrazados en un sensual beso por unos segundos mas y poco a poco me fue dando a besar su cuello, su velludo pecho, su vientre y finalmente su deliciosa, ardiente y firme erección.
Con cuanto gusto lo tomé en mi boca, lo acaricié completo con mi lengua y lo sentí llegar a mi garganta, le lamí el tronco, las íngles, el escroto y los huevos, él siguió acariciándo cada parte de mi cuerpo y me hizo voltear hasta quedar boca abajo.
Le dedicó varias caricias a la redondéz de mis glúteos, me los besó, me los lamió y sus manos separaron mi carne para meter en ella su lengua.
Su rostro se perdió entre mis nalgas...
La humedad e insolencia de su lengua me llenó de ese placer mal catalogado como abyecto por que se dice que solo las putas lo pueden sentir y me puso más cachondo haciendome sentir la reina de todas la putas.
Después de acariciar mi trasero entero con su lengua, fui yo quien separó mis propias nalgas para darle mejor acceso a mi anillito, su lengua entonces comenzó a clavarse repetidamente en mi huequito haciéndome respingar de gusto.
Con mucho esfuerzo logré contener mis ganas de pedirle que me hiciera suyo, que me metiera la verga, que me rompiera el culo con su virilidad.
Seguro que me leyó el pensamiento por que acto seguido sentí la punta de su carnosa lanza presionar levemente la entrada de mi ansioso y ya dilatado anillito.
Centímetro a centímetro se fué deslizando de manera lenta para hacer que le pidiera, en forma de ruego, más y más de esa caricia dura y dulce que es la penetración.
Su pene entraba y salía de entre mis nalgas, lo sentía acariciar mi interior mientras sus manos jugaban con mi cintura, con mis pechos, con mis caderas y con mis muslos, era pues sin duda todo suyo y él lo sabía..
Me la sacaba y me la volvía a meter...
Toda, toda, una y otra vez...
Hasta que lo sentí estremecerce, abrazarme más fuerte y vaciar su carga seminal dentro de mí.
Lo sentí bombear ese líquido espeso y caliente dentro de mi recto mientras su abrazo se hacía mas fuerte y sus gruñidos, ese gruñidos de animal herido eran música para mis oídos de hembra/hombre satifecha.
Le pedí que no me soltara, que siguiera sobre mí, quería sentir todos los estertores de su cuerpo y su piel sobre la mía despues de eyacular.
Unos minutos más de plática y caricias antes de levantarnos e ir a la ducha... fue mi primer encuentro del 2017 (_!_)
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