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Selvio


Visitando A Samatoja [solo adultos]

<hr>Visitando A Samatoja [solo adultos]
Llegué a su casa como siempre pero esta vez no me invitó a pasar hasta su cuarto, no abrazamos y nos besamos el cuello y las mejillas, en el abrazo pude sentir su miembro entre mi vientre y mi pecho, estaba enorme, necesitaba metérmelo, quería aquella polla dentro de mí cuerpo...
 
Sentí sus frías manos por debajo de mi ropa, era algo casi fantástico, sentía sus manos sobre mis nalgas, acariciándomelas y apretándomelas...
Se sentó sobre el brazo del sofá y me bajó los pantalones, ahora tenia una mano sobre mis nalgas y la otra acariciándome la pinga, me había desabrochado la camisa y por momentos me tocaba los pechos, no quería que me soltara, disfrutaba de sus besos y caricias, me estaba empapando las nalgas con su lengua, me las mordía y me las besaba, dándome dolor y placer...
 
Estábamos en el centro de la sala, me dio la vuelta y me apoye en le respaldo del sofa, yo meneaba mi cuerpo hacia él, para sentir su polla apoyada en mis nalgas... al hacerlo observaba la puerta y ventana de la entrada, en la posición que estaba en ese momento se veía perfectamente pasar a la poca gente que camina por esa calle, entre sudores, nerviosismo y placer, alcancé a mirar una silueta acercarse a la puerta, ¡uy! ojala no fuera su hermano, que no entrara, no quería que me encontraran así y al mismo tiempo yo no quería parar...
-Es el cartero, no te preocupes- me dijo calmándome de inmediato... Miré hacia atras y lo vi bajarse los pantalones, quería ver aquello tan grande y potente pero tambien quería sentirlo en toda su grandeza, quería tenerlo dentro de mí, notar esa sensación de penetración, que había gozado antes con él y ahora soñaba cada vez que me iba a la cama...
 
Que polla tam buena tenía, era enorme, grande, enfilando hacia mí, la meneaba con su mano mientras yo le observaba, miré por un momento para su cara, vi como se sonreía hacia mí, sabía lo que iba a pasar, me iba a penetrar, lo estaba deseando, lo estabamos deseando los dos...
 
Me abrí un poco de piernas, mientras él seguía ahora con una mano tocándome un pecho y yo algo inclinado con un brazo apoyado el sofa, esperando que entrara aquello, yo misma cogí con una mano, aquella polla, enorme y suave, noté en mi mano su perfección, con sus venas, su glande fuera y el tamaño, la estuve disfrutando un rato antes de que me la metiera, quería disfrutar de esa sensación, no lo veía a el ahora, pero yo tocaba aquel miembro que pronto iba ser mío y sentía sus gemidos por mi espalda mientras yo se la iba frotando con mis manos suavemente. Le estaba gustando, así que esperé un poco antes de que me penetrara, mientras sus manos seguían tocándome mis pechos, mis nalgas y su lengua confundida con sus gemidos seguían dándome besos por toda la espalda...
 
Empece a sentir como me penetraba, como su glande iba abriendo las paredes de mi anillito, como iba llegando poco a poco hasta el fondo de él. Cómo explicar aquellos instantes del recorrido de su polla por todo mi recto, yo empujando hacia atrás para no perder nada de aquella polla, que no quedara nada fuera, empujaba con mis nalgas hacia atrás una y otra vez, como si no tuviera fin, mientras él al mismo tiempo movía su cuerpo hacia dentro de mí, éramos dos locos llenos de pasión y morbo en ese momento, ¿como podíamos estar haciendo esto, en una sala tan cerca de la gente?
 
No sé el tiempo que estuvimos así, era un placer inmenso, trataba de no gritar de tanto placer que sentía, me mordía los labios, me dolían incluso, para que la gente no oyera todo lo que allí pasaba, seguía una y otra vez con esos movimientos alocados y placenteros, no hacía más que estirarme sobre el respaldo del sofa y abrir aún más mis piernas, para que pudiera una y otra vez con sus empujones meterla hasta el fondo del culo...
 
Me levanté un poco hacia él, me besó el cuello de nuevo... que rico estar así ensartado por ese gran macho, sentirlo entrar en mí, tenía las piernas y las nalgas abiertas, no dejaba de bombearme, una y otra vez, despacio, yo sentía mi amor por él crecer cada vez mas al cada momento que ese enorme glande entraba dentro de mí, que super polla tenía, estaba solo a la mitad y casi parecía llegarme al fondo, era un placer inmenso, yo ni me movía, quería que fuera él que siguiera metiendo todo aquel miembro sin mis movimientos...
 
Era algo bestial, cuando llegó al fondo recorriendo todas las paredes de mi recto, creí que me moría de placer, ahora yo empecé a moverme con movimientos lentos hacia él, ¡ay! una y otra vez, los dos juntos, el ahí detras de mí con su gran pinga, entrando y saliendo sin parar, ahora quería sentir su leche dentro de mí, son muy pocos los que me lo han hecho así...
 
Quería hacerlo disfrutar de ese momento, quería sentir su eyaculación llenarme de calor y humedad... Quería sentir toda la inmensidad de su verga, me mordía los labios intensamente, gritaba en mi interior de placer, no quería que me oyeran... Que nadie fuera a llegar ahora...
 
Sentía aquella tranca de carne tan dentro de mí y me di cuenta de que iba a terminar en cualquier momento, lo sentí adentro, se paró bruscamente, antes de hacerlo, quede inmóvil y él también, sabía que a mí también me iba pasar algo, de repente sentí aquello, nunca creí que pudiera existir tanto placer... Se paró un momento y noté unos chorros de calor dentro de mí... Lentamente fue introduciendo su verga otra vez, sentí aquella sensación de calor que me llenó un momento y luego con una lentitud pasmosa iba retirando su polla hacia atrás, dejando salir aquel fuego de leche sobre las paredes de mi recto, era enorme y cuando casi cuando la tenía fuera con parte de su glande a la vista, volvía otra vez despacio a introducir todo aquello en mí, empujando su verga lubricada con su propio mar de mecos hasta el fondo de mi culo, sentía su leche hirviendo subiendo por mis venas, como si fuera recorriendo todo mi cuerpo hacia arriba, luego volvía hacer lo mismo, iba retirando su pinga, derramando mas y mas jugo seminal en mi recto, mas y mas de ese liquido ardiente que me estremecía y volvía para dentro para que llegara por todo mi cuerpo, llegando hasta mi cerebro, era una explosión de placer tan inmensa que casi perdí el conocimiento...
 
Por fin me la sacó dejandome un vacio placentero esta vez era un placer de reposo, de alivio despues de tanto calor, quería quedarme así toda la vida...
tenía los ojos cerrados y sus besos y caricias me hicieron abrirlos, me acerqué a él y simplemente le dí un cariñoso beso en los labios... nos abrazamos por largos minutos sin dejar de darnos ese amor que ha ido  creciendo entre nosotros...

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