Blogia
Selvio

DETRAS DEL BAR

DETRAS DEL BAR La parte de atrás del Bar estaba oscura y solitaria, el local ya estaba cerrado, era más de media noche y aunque no me dijo nada, yo entendí que había la posibilidad de tener algo con él.

Fausto, dijo que así se llamaba, estaba un poco tomado y le rocé el miembro a través del pantalón, él reaccionó accediendo a mis caricias y entonces ya no tuve que disimular...

Le desabotoné el pantalón, muy despacio mientras su respiración se aceleraba, palpé la punta de su miembro, estaba húmeda, con la yema de uno de mi índice extendí la humedad por toda la cabeza mientras sus dedos, como reacción a mis caricias, se incrustaron en mi espalda y bajaron hasta llegar a mi trasero, apretándolo con la ansiedad que nace de las ganas de coger.

Me excitaba pensar que nuestras agitadas respiraciones atrajeran algún mirón indeseable, pero no había ni un alma en la cercanía...

Fausto acercó su cara a mi cuello y empezó a besarme apasionadamente mientras deslizaba una de sus manos desde mi pecho hasta mi estómago y desde ahí hasta mi trasero...

Me acarició por encima de la ropa, mis jadeos aumentaron mientras que mi mano seguía acariciándole la punta del miembro, luego se lo apreté con fuerza y lo moví despacito hasta hacerle estremecer de placer...

Su mano siguió buscándose un lugar entre mi ropa y su dedo más largo mostró su insolencia al meterse lentamente en la raja de mi culo, me lo abrió sin consideración y cuando estuvo adentro empezó a hacer círculos para abrírmelo más y sentir mi calor interno...

Mis uñas se clavaron en su espalda mientras mis caderas empezaron a moverse para gozar de sus caricias y mi otra mano se movía entre su miembro y sus bolas cada vez más rápido para devolverle el favor...

Él, al sentir la presión de mi ano sobre su dedo, empezó a empujar mas fuerte para introducir otro dedo y me dió con sus dedos como su me estuviera penetrando.

Mi mano apuraba sus caricias y les daba más fuerza, a veces paraba y jugueteaba con la yema de mis dedos en su húmeda y dura cabeza mientras lo que más deseaba era besársela...

Me arrodillé delante de él tomado su enorme trozo de carne con mis manos, me lo acerqué a la boca y me lo metí con ganas de gozarlo entero...

Él me acariciaba la nuca y me empujaba para animarme a comérmela, la punta de mi lengua se concentró en rozar la punta de la verga, humedeciéndola más con mi saliva, le pasé la lengua por todo lo largo, se la mojé completa y me la metí toda, él se movía para bombearme con ese durísimo pistón...

Se la tomé con la mano y mientras se la jalaba, hacía chocar su cabeza contra mis labios, sacaba la lengua y se la lamía, metía la punta dentro de mi boca y la rozaba con los dientes...

Él me tomaba por la nuca y seguía con ese coito oral, cada vez se movía con más fuerza. Yo estaba calientísimo y le pedía que me diera su leche en la boca, él me pedía que me calmara, que lo hiciera despacio, estaba gozando en grande (y yo también)...

Fausto empezó a gruñir fuerte mientras le acariciaba los testículos con los dedos y le chupaba la verga con ganas...

Cuando sentí que iba a terminar, la saqué de mi boca y lo empecé a masturbar apuntando a mi boca, moviéndosela rápido, pasándole la lengua por la punta, esperando a que soltara un chorro de mecos...

Al cabo de unos segundos sentí el semen sobre mi lengua, abrí la boca y me metí su verga de nuevo para sentirlo inundar mi cavidad bucal con su abundante semen, era tanto que lo sentí escaparse por la comisura de mis labios, él me acariciaba la cabeza y me agradecía con una sonrisa la deliciosa mamada que le acababa de regalar, esa fue la única noche que nos vimos.

2 comentarios

maximiliano -

que rico ha de haber sido para ti ¬¬ jeje

Maximo -

Que erotico que es encontrarse con un desconocido y tener sexo!!