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Selvio


CON EMIGDIO:

<HR>CON EMIGDIO: Llegué con muchas ganas de pasar un buen rato y me metí en mi cuartito favorito, uno que puede ser visto desde todos los de la esquina, donde se juntan los hombres mas aventados.

Encuentro un gran placer en mostrarme ante ellos y ser parte de sus fantasías, aunque sea sólo por el ratito que tardan en venirse al hacerce de una chaqueta (paja) furtiva.

Me bajé los pantalones y mostré mis nalgas al aire para que las vieran todos, despues me puse a recorrer el pasillo para ver el efecto de mi acto en los mirones.

Al dar la vuelta por el cuartito de la esquina, pude verlo con los pantalones en las rodillas, masturbándose en el rincón.

Su largo miembro sobresalía de su cuerpo ostensiblemente, dándole el aspecto de caballero andante blandiendo su espada contra el enemigo.

Creo que nunca había visto a alguien tan bien dotado, parecía tener dos miembros embutidos en una sola piel y me puse a observarlo de manera lasciva.

El hombre se sintió observado y se subió los pantalones que búrdamente trataban de ocultar la enorme protuberancia que se erguía en su entrepierna.

Era la primera vez que lo veía por ahí, así que me acerqué con un poco de cuidado.

-¡Hey! no creas que me gustan las joterías- Me dijo, pero sentí que no me estaba rechazando del todo.

-No te preocupes, sólo que te ví y... bueno... pues lo tienes bien grandote- le dije amigablemente.

-Llegué hace un rato y he estado viendo estas pinches películas... estan buenas ¿verdad?... Luego te mire enseñando las nalgas... y bueno pues me excité y ya ves que a uno se le para la verga- respondió explicando demasiado

-¿No viene por acá la policia?- preguntó

-Casi no- le dije - además la puerta tiene un sensor que hace ruido cuando alguien entra- le dijé haciéndole la plática

-Me llamo Emigdio- me dijo.

-Yo soy Selvio, mira no te sientas mal, tú me viste el culo y yo te ví acariciándotela. Así que estamos a mano - le contesté para hacerlo sentir un poco cómodo.

Charlamos por unos minutos y su miembro no se ablandaba aunque los minutos pasaran. Mañosamente le pregunté sobre ese hecho:

-Así soy yo, si no acabo cuando se me para, la verga se me queda hinchada por un buen rato y luego me empieza a doler por haber estado tanto tiempo parada- se quejó...

Yo no podía sacar de mi mente el espectáculo que había visto. Y mi deseo pudo mas que mi falso pudor. Me desabroché el pantalón y me voltee a enseñarle el trasero carnoso y permanecí semi-desnudo ante el hombre.

-Yo también me excité mucho el ver cuando te la acariciabas. Si a tí te excita verme las nalgas, entonces mírame y déjame ver cómo te la jalas ¿sale? -

Emigdio se bajó los pantalones obediente y comenzó a tocarse nuevamente. Ambos teníamos puestas las miradas en el cuerpo del otro.

Al poco rato, cuando su miembro había llegado a su máxima erección, se levantó, extendió una mano y me acarició una de las nalgas, poco a poco me condujo hasta el rincón de su cuartito, en donde le puse uno de los condones que siempre tengo a la mano y lo gocé cuando me penetró vigorosamente.

Me agaché un poquito, me abrí de piernas y me le entregué para que me tomara como él quisiera. De verdad me sorprendí al sentir toda esa maza de carne dentro de mí, pero no emití una sola palabra, no quería intimidarlo con mis gemidos.

Era bastante grande pero tenía una firmeza deliciosa que me llenaba por completo y que no me lastimaba.

Al terminar la cogida era yo el que tenía los genitales y el agujero hinchados y adoloridos por la experiencia.

El semen de Emigdio era proporcional al tamaño de su serpiente, era tanto que había llenado el condón y chorreaba de entre mis nalgas como un pequeño río de aguas blancuzcas.

-¡Uff! Quiero pedirte un favor- le dije a mi nuevo amante

-¿Que quieres m'hijo?- respondió el hombre

- Ya sé que no te gustan estas cosas, pero la próxima vez que tengas ganas y no tengas con quien descargarte, llámame para ayudarte... ¿sí? -

-Voy a estar en esta ciudad sólo por trés días, si quieres nos vemos mañana allá afuera, no quiero entrar otra vez aquí- me dijo...

Dos horas más tarde nos volvimos a ver, así como los siguientes días y así fue como él tuvo unas calientísimas vacaciones y yo... ¡ufff! yo también.

2 comentarios

Selvio -

No pierdas las esperanza, tal vez algún día...
Un abrazo desde aca...

Piel -

Que expereicnia más rica...es normal que adores tu videoclub..jajaja!!

¡Saludito cariñoso!!

P.D. En verdad te lodigo me encantaria poder conocerte , lastima de la distancia, carajo..!! jajajaja!