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Selvio


UNA RUBIECITA AMERICANA:

<HR>UNA RUBIECITA AMERICANA: Era una de esas tardes en las que oscurece temprano, nos encontramos cerca de la avenida Harbor, trabajábamos en el mismo lugar pero hubiera sido inapropiado salir juntos de ese lugar.

Era una rubiecita Americana que tenía fama de caliente, yo tenía la mejor intención de llevarla a un hotel y hacerle un trabajo amable pero ella era amante de las emociones fuertes

-Vamos a un callejón de aquí atrás- me dijo, estaba oscureciendo y me animé a hacer lo que me pedía, siempre lo hacía con hombres, no me iba a intimidar hacerlo con una chica.

Estacioné el auto en un callejón y nos besamos como novios al principio y fuimos subiéndole el calor mientras nuestras manos exploraba el cuerpo del otro, ella me tomó por los huevos y yo le apreté todas las redondeces que pude, recuerdo que se desabotonó la blusa y dejó al descubierto sus blancos y turgentes senos, macizos, de areolas y pezones sonrosados; también recuerdo la suave curvatura de su vientre, su pubis de pequeños rizos rubios, sus muslos nacarados, esculturales.

Me apretó el miembro con destreza hasta provocarme una firme erección, era nuestro primer encuentro y la verdad es que no me atreví a pedirle que me lo mamara, en cambio le quité las pantaletas, le separé las piernas y como pude me acomodé frente a ella echando el respaldo de su asiento para atrás para penetrarla lentamente...

Ella gozaba teniendo mi miembro adentro y se movía para devorarlo con su rubia y caliente cueva, de verdad parecía ser una experta en eso de las posiciones incómodas, después de coger unos minutos de esa manera, se separó de mí pidiéndome que me sentara, por que ahora era su turno de estar encima...

Me acomodé sobre mi asiento levantado mi caliente lanza para que la tomara como quisiera y lo que hizo fue sentarse lentamente sobre ella, comiéndosela con su deliciosa conchita que estaba bien mojada y abierta, poco a poco ví desaparecer cada centímetro de mi miembro entre la blanca y firme carne de sus nalgas y cuando la tuvo toda adentro se puso a saltar sobre mí para sentirse tocada en lo más profundo y para extraer de mi vara hasta la última gota de leche tibia...

-La próxima vez quiero que me comas el chochito- me dijo más tarde cuando la dejé a cuatro calles de su casa...

1 comentario

javier -

Lo siento, no he podido poner el logo, no entiendo como hacerlo, soy un inutil, si puedes volvermelo a explicar pero de una manera mas sencilla mejor, y paso a paso. Por favor. Gracias por las molestias. Un abrazo. javier.