TE MONTE
Ya estábamos desnudos, ya la tenías bien parada, te la había estado mamando durante los últimos quince minutos, pero me habías dicho que sólo eso querías, que nunca tea habías cogido a un hombre y no te motivaba la idea...
Yo seguí insistiendo -Te va a gustar- al principio te negaste, pero luego lo pensaste mejor y, cuando me levanté del suelo y me fui sentando de frente sobre tu cuerpo, me la empezaste a meter despacio...
Con la mano fui guiando tu deliciosa y firme barra de carne a la entrada de mi culo, no te fue dificil penetrarme, yo sé cómo ablandar mi entrada pero aún así me arrancaste un par de gemidos con un poco de dolor que poco a poco se fue convirtiendo en indecible placer...
Al sentirte atrapado dentro de mi cuerpo no te quedó más remedio que gozar, y vaya que lo hiciste y olvidaste por completo que los senos que lamías eran mas pequeños que los de tu novia y las nalgas que pellizcabas eran también menos voluminosas...
-Ahora voltéate- me pediste, me levanté y te dí la espalda, me volví a sentar sobre tu verga pidiéndote que me la hundieras entera y empecé a cabalgarte, tu animal era enorme y esta vez no tuve que guiarlo para que me la metieras lentamente por el culo...
-Me gusta ver cómo te la comes toda con el culo- y al oírte me animé a cabalgarte más y más duro, tu firme verga salía y entraba resbalando con facilidad por mi ano...
-¡Más duro!- me pediste aunque yo le daba con todas mis fuerzas y estando en eso me propinaste una sonora nalgada...
Me tomaste por el cabello y me lo jalaste como si fuera la correa de una yegua nalgona y me estuvieras montando, fue tanto mi esfuerzo que quede casi sin fuerza y me desplomé sobre la cama, pero hasta allí me seguiste para continuar cogiéndome ahí tirado como si me estuvieras violando, duro y duro hasta que tu verga estalló y me llenaste el recto con tu leche haciéndome sentir un placer más que mayúsculo, sentí tus contracciones y tú sentiste las mías y me dejaste las nalgas y las piernas escurridas con tus líquidos y los míos...
Yo seguí insistiendo -Te va a gustar- al principio te negaste, pero luego lo pensaste mejor y, cuando me levanté del suelo y me fui sentando de frente sobre tu cuerpo, me la empezaste a meter despacio...
Con la mano fui guiando tu deliciosa y firme barra de carne a la entrada de mi culo, no te fue dificil penetrarme, yo sé cómo ablandar mi entrada pero aún así me arrancaste un par de gemidos con un poco de dolor que poco a poco se fue convirtiendo en indecible placer...
Al sentirte atrapado dentro de mi cuerpo no te quedó más remedio que gozar, y vaya que lo hiciste y olvidaste por completo que los senos que lamías eran mas pequeños que los de tu novia y las nalgas que pellizcabas eran también menos voluminosas...
-Ahora voltéate- me pediste, me levanté y te dí la espalda, me volví a sentar sobre tu verga pidiéndote que me la hundieras entera y empecé a cabalgarte, tu animal era enorme y esta vez no tuve que guiarlo para que me la metieras lentamente por el culo...
-Me gusta ver cómo te la comes toda con el culo- y al oírte me animé a cabalgarte más y más duro, tu firme verga salía y entraba resbalando con facilidad por mi ano...
-¡Más duro!- me pediste aunque yo le daba con todas mis fuerzas y estando en eso me propinaste una sonora nalgada...
Me tomaste por el cabello y me lo jalaste como si fuera la correa de una yegua nalgona y me estuvieras montando, fue tanto mi esfuerzo que quede casi sin fuerza y me desplomé sobre la cama, pero hasta allí me seguiste para continuar cogiéndome ahí tirado como si me estuvieras violando, duro y duro hasta que tu verga estalló y me llenaste el recto con tu leche haciéndome sentir un placer más que mayúsculo, sentí tus contracciones y tú sentiste las mías y me dejaste las nalgas y las piernas escurridas con tus líquidos y los míos...
3 comentarios
rober -
Anaïs -
Me gusta tu página.Es distinta, totalmente. Muy personal.
Te felicito.
Un dulce beso.
netrusko -