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Selvio


EN LA TIENDA CERCA DE LA PLAYA:

El viernes pasado se me antojo pasar a la tienda que esta cerca de la playa, es pequeña y no muy cómoda para encuentros pero tiene un gran estacionamiento el cual tiene poca iluminación...

Al llegar al cuarto de los videos me encontré con un hombre con el que he gozado en otras ocasiones, le gusta que se la mame y casi nunca resiste las ganas de cogerme, esa noche no sería la excepción...

Primero se sentó en el casillero de enfrente a mi, se sacó el firme y cabezón hierro, se lo acarició hasta hacerlo alcanzar una erección completa, me animé y me acuclillé frente a él para darle unas chupadas que los dos disfrutamos, una vez dentro de mi boca su pelvis comenzó el meneo del coito facial, la punta de su verga acariciaba mi garganta y mi entrepierna se mojaba con una
erección leve, de pasivo listo para gozar...

La llegada de un mirón hizo que nos separáramos, entonces me salí al estacionamiento un poco frustrado, con la intención de irme de ese lugar que me ponía un poco nervioso, pero entonces lo ví salir y dirigirse a la parte más alejada del estacionamiento, hasta alla lo seguí y detras de su auto, me volvió a ofrecer su deliciosa y carnosa lanza, se la acaricié con una mano, asegurándome de que no hubiera nadie en la cercanía, me agache tantito y volví a recibirla en la boca, sus manos buscaron mi estrecho y carnoso trasero, el roce de sus manos sobre mis nalgas me llevó al extremo de la calentura, me desabroché los pantalones y me los bajé un poquito para darle acceso a mi cavidad anal...

¡Que rico el airecito de la noche sobre mi piel! que rico el roce áspero de sus manos ansiosas, de sus dedos que en clandestina caricia se
abrieron paso mientras le ponía un condón para entregarme a él...

No cruzamos mi una palabra, cada uno sabía lo que quería, cada uno se procuraba placer y hacía gozar al otro al mismo tiempo, me incliné un poco hacia adelate apoyándome sobre la puerta de su auto mientras sus manos separaban mis nalgas y su miembro se metía lentamente dentro de mi ardiente carne...

Su miembro tiene el grosor y longitud perfectos para meterse dentro de mí y llenarme, luego sus movimientos acariciaban mi interior, bombeándome placer con ese firme pistón de carne morena...

Ay... ay... ay... una y otra vez, gemidos de gusto de su boca y la mía, alternados y simultáneos, una y otra vez hasta que lo sentí convulsionarse dentro de mi cuerpo y derramar su leche en el condón que nos separaba...

Luego sacó su miembro dejando el condón dentro de mí, extraje el condón lleno de leche y disfruté de cada centímetro mientras iba saliendo y acariciando las paredes de mi recto...

Espero hacer rutina estos encuentros en el estacionamiento de la tienda cercana a la playa...

3 comentarios

jluis -

que bueno este relato!!!

El Monito -

Me gustaron mucho tus comentarios y las ilustraciones que les ponés son muy buenas.
Saludos

lavecinita -

Hola Silvio,comosiempre genial...besos