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Selvio

¡QUE ALIVIO!

¡QUE ALIVIO! Que rico llegar a un lugar y dar rienda suelta a tus instintos. Hoy llegué a donde siempre, sintiéndome muy bien, encontré a un hombre con el ziper abajo, cubriéndose con la mano y con mirada de confusión y un leve destello de deseo...

Me metí al rincón y me cercioré de que el hombre me pudiera ver, sentí el peso de su mirada detrás de mí y supe que tenía la posibilidad de un encuentro placentero...

Me bajé los pantalones junto con mis bikinis nuevos y dejé que mi trasero gozara de la frescura del aire acondicionado y del virtual calor de la mirada del hombre aquel, por el espejo ví que se acomodaba para verme mejor y yo hice mi mejor "show" para mostrarle mis redondeces y mis ganas de coger...

Con cuanta alegría lo ví levantarse, componer un poco su ziper y dirijirse hacía mí con la inéquivoca intención de pasar un buen rato conmigo, al llegar se bajó el ziper y dejó salir su miembro que no era muy grande pero que estaba bien parado, me apresuré a lamerlo e hiciar un fellatio que planeaba prolongar para después invitarlo a convertirse en coito,

Se la chupé golozamente por un rato mientras el gemía de placer y, cuando preparaba el condón para dar el siguiente paso en mi cachondo plan, el hombre soltó un chorro de leche que me salpicó una rodilla...

Al sentir su tibieza me apronté a metérmerlo en la boca para que terminara de vaciarce dentro de ella. Ni modo, tal vez la próxima vez.

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