CON GAZCA EN LA OSCURIDAD [SóLO ADULTOS]:
Tuvieron que pasar tres semanas para que Gazca, el Samoano, me volviera a llamar:
-No he dejado de pensar en ti- me dijo en Inglés y con su voz ronca -¿Puedes venir al rato? encontré un lugar donde podemos hacerlo-
Por supuesto que accedí...
Estacioné mi vehiculo en el lote frente al edificio donde él trabaja y esperé con la mirada fija en la puerta de vidrios oscuros a que se asomara, en ese momento yo pensaba que ibamos a ir a otro almacén solitario como la del mes pasado...
Por fin, despues de unos segundos, se asomó y me hizo seña con la mano para que fuera hacia él, caminé con las piernas un poco nerviosas por la fiebre de imaginarme ensartado por su durísima polla, entré al recibidor de la oficina y no había nadie, escuché un chasquido y al final de un pasillo oscuro distinguí su silueta que, una vez más, me invitaba a seguirlo, recorrimos, a prudente distacia uno del otro, un pasillo largo y nos metimos a un salón oscuro, sólo había una raja de luz que nos permitía adivinar nuestras siluetas, su mano tomó la mía y la guió a su entrepierna donde sentí su hombría que tanto había deseado en las últimas semanas...
Se fue bajando la bragueta y dejando al descubierto para mi placer su excelente miembro moreno, casi caí de rodillas frente a él y en esa oscuridad se la mamé con ansias locas, sus dedos me indicaron que quería sentir la humedad de mi boca en sus huevos, uno a uno me los metí y se los lamí haciéndole casi imposible guardar silencio...
De mis bolsillos extraje, sin dejar de succionar su carnosa manguera viril, un condón, se lo puse y lo sentí endurecerce más ante la perspectiva de la penetración que se avecinaba, de otro de mis bolsillos saqué mi tubo de lubricante con el cual cubrí el cilindro de su miembro y al bajarme los calzones la entrada del culo...
Me levanté y apoyándome sobre la pared, me abrí de piernas para que me penetrara, con mucho cuidado y silenciosamente me puso la cabeza llena de lubricante a la entrada del anillito y poco a poco me la fue introduciendo, ¡aah!cuanto gocé al sentirlo entrar en mi cuerpo. Solos, en ese cuarto oscuro, con temor a ser descubiertos, apretando los dientes para no dejar escapar algún gemido delator...
Tristemente, Gazca no pudo controlar su excitación y terminó muy pronto...
Lo bueno es que me volvió a llamar, que prometió volver a hacerlo y que esto parece el principio de una serie de encuentros en lugares poco usuales...
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Selvio -
biSX -